sábado, 28 de marzo de 2015

Una breve historia de amor

No deja de ser interesante que Alan Nadal trate de ofrecernos una comedia romántica que se salga, aunque sea levemente, de las fórmulas establecidas con decenios y decenios encima. Y decimos “trate” porque, a poco que se examine le historia comprobamos que, de todos modos, flota, con levedad, pero flota, lo consabido: chico conoce chica, se enamora de ella, se aman, se separan y al final retoman el amor.
En qué consiste, entonces, la diferencia entre las de fórmula clavada y la presente: en los elementos que afloran durante prácticamente toda la extensión del relato, algo que, aunque se puede decir que constituye una buena baza en la puesta en escena, paradójicamente también es su desventaja.
Vamos a explicarnos: en la publicitaria, Martín es el “genio creativo” (algo que se hace difícil de creer a pesar de que se afirma ha ganado premios, pero su comportamiento en el día a día lo contradice): la publicitaria está pasando por un período difícil, económicamente hablando, según asegura quien puede, Don Checho, el propietario. Luego de que nos hacen conocer al personal, de que nos enteramos también sobre la condición de Don Juan de Martín, aparece en escena Inés, hermosa chica española que es ejecutiva.

'El poder de la cruz'

En efecto, para poder ver esta película entera se necesita mucha, pero mucha paciencia. Porque, por más vueltas que le den al asunto, por más maravillosos consejos y decisiones tomadas por los personajes que desfilan por la historia, que son muchos, todo se reduce a puras monsergas, a unas dos horas de beatitudes forzadas de seres que caminan por la vida envueltos en sus terribles desgracias personales y que, precisamente por ello, son propicios para ser adoctrinados para que tomen la necesaria, redentora “senda del bien” que es, por supuesto, la doctrina cristiana.
Durante esos 120 extenuantes minutos (otro aclarando, como la vez anterior: a nosotros nos parecen extenuantes, es muy posible que si el lector pertenece a una de las docenas y docenes de templos cristianos que sobreabundan en Santo Domingo: tenemos dos en apenas 5 cuadras, todo este desmadejado discurrir le parezca maravilloso), estos seres, con la única posible excepción del pastor (como es un mantenido por los demás, siempre está bien), van desgranando en cámara lenta ante nuestros ojos y oídos sus respectivas desgracias.

sábado, 21 de marzo de 2015

‘Código Enigma’, interesante y muy bien realizada

Al iniciarse la Segunda Guerra Mundial cualquier persona poco informada podría haber dicho que las fuerzas entre los aliados y los nazis estaban equilibradas. Pero no era así, muy a pesar de las muchas advertencias, Inglaterra y Francia, muy especialmente, permitieron que Alemania se armara hasta los dientes en tanto ellos soñaban.
Por esa razón les tomaron desprevenidos, ya habían invadido media Europa cuando vinieron a abrir los ojos.
Pero, además, con su enorme poderío aéreo y su flota submarina, bombardearon a placer Londres y estaban arrasando con la flota británica.
Y había otro problema: los aliados no podían descifrar las órdenes que por radio transmitían los nazis, usaban un muy intrincado código, “Enigma” (nombre que le endilgaron los ingleses). Por esa razón contrataron a Alan Turing, joven científico, quien a su vez trabajó con un grupo de otros especialistas en descifrar códigos.
Pero el alto mando veía pasar los días, los meses, los años, y el grupo no daba pie con  bola.
Y esa es la historia que nos cuenta el director Morton Tyldum basándose en el guión escrito por Graham Moore, quien, a su vez,  se apoya en la novela original de Andrew Hodges.

‘Insurgente’, aburrida terriblemente

No hace demasiado tiempo que vimos la primera entrega de esto que promete ser toda una serie sobre las novelitas de Veronica Roth, “Divergente”, que propone una sociedad del futuro (al pobrecito futuro se le pega todo, desde maravillas como “2001” o “Blade Runner” hasta las presentes) en la cual la sociedad está dividida entre cuatro o cinco tipos de seres humanos: los “osados”, los “pensadores”, los “cordiales”, los ya no nos acordamos, etc.
Y como Tris, la protagonista del asunto, al terminar la primera escapa de los jefotes que mandan, que son los “intelectuales, pensadores” o cómo repollos se denominen, ahora les vemos deambulando de un lado a otro buscando qué carajos van a hacer, pensando en una rebelión, pero siendo buscados por  los malvados de Jeannine.

sábado, 14 de marzo de 2015

Cenicienta: muy buena versión del cuento

Nadie nos ha podido explicar la razón, pero es el caso que desde hace unos meses a la fecha varios cuentos infantiles han sido llevados a la pantalla con mayor o menor éxito. Hace apenas un par de semanas vimos “En el bosque”, que, para que no se diga, es adaptación libre, libérrima, de varios cuentos clásicos entreverados, algo que no nos gustó demasiado por extenuante la versión, aunque no estaba mal del todo.
Nos gusta mucho más esta “Cinderella” de Kenneth Branagh, actor y director que viene del teatro shakesperiano, autor de unas cuantas piezas excelentes como es el  caso de su adaptación del “Hamlet”.
Y ahora, Branagh se asocia con el guionista Chris Weitz  para contar ese cuento que tantas veces hemos escuchado, que ha sido llevado a la pantalla antes, pero que ahora adquiere un renovado relieve a pesar de, en esencia, contarnos lo mismo que el original.
En qué, preguntarán ustedes, en qué se diferencia esta versión de otras, qué es lo que la hace diferente, en qué consiste “eso” que consideramos la hace destacable.

'Una noche para sobrevivir'

En efecto, sin importar que al final de la historieta quede vivo o haya muerto, el caso es que cualquier fanático del cine de acción sabe que, al igual que Bruce Willis,  como antes Mel Gibson, como mucho mucho antes John Wayne y otros cuantos más, en un “thriller” protagonizado por Liam Neeson él y nadie más que él es el héroe, muy a pesar de ser su personaje borrachín, desgastado por la edad, mafioso, asesino o lo que les venga en gana a los guionistas de turno.
Y, como buen héroe, durante algo más de hora y media ese héroe va a repartir piñazos a diestro y siniestro, va a manejar un carro cualquiera con mayor pericia que Fernando Alonso o Hamilton, lo va a chocar tres docenas de veces (cosa que no hacen ni pueden hacer los de la Fórmula 1), va a disparar mientras maneja en medio de un tránsito endemoniado sin perder la dirección, va a espichurrar dos docenas de villanos porque aunque él sea un malo los otros son peores y merecen desaparecer antes de que aparezca la palabra fin, y va a salvar a otros que, como sí son buenos de corazón, merecen que un “duro” de verdad les salve de los malos más malos que el malo Liam.
Debe haber una explicación sicológica sobre ese planteamiento: ¿cómo es posible que sí todos los fanáticos de ese tipo de cine, esos que conocen los personajes que hace Liam, saben lo que va a pasar, todos sigan impertérritos a verle repetir lo mismo?

sábado, 7 de marzo de 2015

‘Chappie’

En efecto, podemos decir que no sentimos ese deseo que tan frecuentemente nos acomete viendo ciertas películas mientras veíamos “Chappie”.
El deseo de “echar una pavita” para descansar la vista y el cerebro de naderías.
“Chappie” anda por los lados de la ciencia ficción, algo de “Robocop”, algo de “I, Robot”, algo de “E.T.”, con este chico científico creador en un futuro no lejano de robots inteligentes que funcionan como guardianes de la Ley.
Ese Deon, sin embargo, quiere ir más lejos y crea un robot no sólo con inteligencia sino también, y muy principalmente, con sentimientos.

“Selma” Más ruido que nueces

Días antes del Oscar, corrió por Internet la idea de que los miembros de la Academia de Artes y Ciencias había incurrido en discriminación porque no hubo ningún negro ni filme sobre negros nominado, en obvia referencia a “Selma”, la película de Ara DuVernay (negro), con David Oyelowe en el rol principal y, por supuesto, sobre un importante episodio en la vida de Martin Luther King.
Y, decimos ahora nosotros, por una vez en tantos y tantos años, nos ponemos del lado de la Academia: ni la película tiene tanta calidad como para competir con las nominadas, ni la dirección de DuVernay se acerca a obras tan bien logradas como casi todas las nominadas en ese renglón, y ni la actuación de Oyelowe está a la altura de los también nominados.
Que Luther King es un personaje de tremenda altura en la historia norteamericana, que fue factor fundamental en la lucha por los derechos de los negros, perfecto. Pero un personaje, sea de ficción o tomado de la realidad, no determina la calidad de una cinta y tampoco la perfección del intérprete.
Si así fuera, películas sobre Beethoven, Napoleón, Moisés, Cristo y otros tendrían que haber recibido docenas de premios de todos los tipos.

‘Focus’

En efecto, viendo esta destartalada historia de estafadores, sí tuvimos el ferviente deseo de “echar una pavita”, pero los hados no estuvieron de acuerdo y nos hicieron tragarnos la historieta de cabo a raboÖaunque escapé un par de minutos antes de los créditos.
Y es que esa parejita que forman Glenn Ficarra y John Requa que dirige la película lo hace con desgano, repleta de lugares comunes y, sobre todo, que esa tan continuada hazaña de engañar a todos en el relato a la vez que, por supuesto, engañan a los espectadores, no se la creería ni mi abuelita si estuviera viva.

http://www.listindiario.com/entretenimiento/2015/3/6/358905/Focus