sábado, 26 de diciembre de 2015

Lo mejor del 2015

Cada año es diferente, cada año trae cosas diferentes en lo que a la exhibición cinematográfica se refiere. Sin embargo, es muy posible que el 2015 haya sido uno de los períodos en lo cuales hemos tenido mayor dificultad para poder seleccionar la mejor película del año y otras 12, una por cada mes, lo cual no significa que cada uno de los meses del año tenga que, por fuerza, contar con una de las triunfadoras sino que, simple y sencillamente, escogemos una por cada mes.
Tenemos que aclarar, como siempre, que las películas seleccionadas son aquellas estrenadas comercialmente a partir del primero de enero, no esas que hemos visto en Festivales, en la TV o que nos han sido suministradas de una u otra manera, por una muy sencilla razón: si una película X se dio en un Festival o Muestra un par de veces, no ha estado al alcance de la inmensa mayoría del público cinéfilo, y lo mismo con otras que han sido vistas de diversas maneras pero apenas por nosotros y otras pocas personas. Hacemos esto porque no nos parece equitativo dar preferencia a obras que han sido vistas de manera exclusiva por aquellos que tienen ciertas ventajas para conocerlas.
Dicho esto, vemos nuestra selección que, como todos los años desde los tiempos ya lejanos de las salas individuales, hemos estado haciendo, insistiendo en la salvedad de que no estamos pontificando sino emitiendo nuestro juicio que, por supuesto, puede o no ser aceptado por los cinéfilos.

Las mejores del 2015

La Mejor del año: “Sueño de invierno” (Winter’s sleep), de Nuri Bilgen Ceylan, de Turquía.
Esta admirable película, profunda en su disquisición sobre la soledad, sobre lo pretencioso de ciertos seres humanos, sobre las relaciones, odios y temores, admirablemente llevada por Ceylan, con un reparto de intérpretes para nosotros desconocidos pero formidables de principio a fin, ha sido nuestra escogida un paso por delante de “Ida”, de Pablikowski.
Y ahora, sin orden de calidad, las otras doce películas aunque, por lo antes dicho, se sobreentiende que “Ida” es otra gran favorita:
1.- “Ida”, de Pawel Pawlikoski, una historia intimista llevada con una fuerza expresiva y una línea narrativa tersa y profundamente dramática, e interpretada con increíble propiedad por Agata Kulezza y Agata Trzbuckowska.
2.- “Boyhood”, guión y dirección de Richard Linklater, una verdadera osadía cinematográfica: llevar adelante la vida de una madre y sus dos hijos durante años rodando secuencias cada año a medida que los niños crecen y la historia se va transformando.
3.- "La teoría del todo" (The Theory of everything), de James Marsh. Aparte de lo perfectamente delineado de la historia, las interpretaciones, encabezadas de manera formidable por Eddye Redmaine, hacen de este filme una verdadera joya.
4.- "Matar a un hombre", de Alejandro Fernández Almendros. Aunque se trata de una coproducción Chile-Francia, siendo chileno su director, Alejandro Fernández Almendras, así como sus intérpretes, hay que reconocer que, de nuevo, los creadores del cono sur siguen haciendo una cinematografía profunda, sentida y de altísima calidad.
5.- "Refugiado", de Diego Lerman. Otro drama perfectamente interpretado y llevado con una fuerza emotiva que no vemos todos los días. Volvemos al cono sur, seguimos insistiendo en que Latino América es la región donde, muy posiblemente, se está haciendo cine a la altura de los mejores, muy por encima de los fenómenos recaudadores de Hollywood.
6.- Leviatán (Leviathan), de Andrey Zyagintsev. Muy a pesar de que opinamos que le sobra metraje, aun así este filme ruso posee una fuerza dramática que nos permite colocarlo en esta selección, ayudado, por supuesto, por sus estupendas inter´retaiciones.
7.- "Party Girl."- de Maria Amachoukeli Barsack, Claire Burger y Mario Theis. Una de esas historias que son señeras en el mundo del cine por su fuerza interna y por el carácter insólito de ese relato sobre una  mujer entrada en años a quien no le es posible abandonar su estilo de vida. Excelentes interpretaciones complementan esta película francesa.
8.- "Mommy".- Guión y Dirección del canadiense Xavier Dolan, esta controversial historia que nos mete de cabeza en una extraña y cruda relación entre tres personas, una madre con su hijo adolescente, y una amiga vecina. Dura, perfectamente actuada, no es para todos los gustos, pero, sin lugar a dudas, sí paa el nuestro y para muchos que gustan de historias sin tapujos.
9.-"Gett: El divorcio" de Viviane Amsalem (Gett: le precess du Viviane Amsalem)  Guión y Dirección de Ronitt Elkabeta y Shlomi Elkabeta. El filme israelí, imbuido de una fuerza dramática increíble muy a pesar de su puesta en escena escueta y minimalista, nos  cuenta sobre la mujer y sus derechos en naciones donde la religión es aplastante. Una maravilla cinematográfica, sin lugar a dudas.
10.- "Pelo malo", guión y dirección de Mariana Rondón, esta cinta venezolana ocupa con todo derecho un lugar distintivo en esta lista sobre lo mejor del año. Bien actuada, con una historia que se introduce de lleno en la idiosincrasia latinoamericana, este film es de una excelencia incuestionable.
11.- "El Clan", de Pedro Trapero, otro filme latino americano realizada con una firmeza y una elegancia cinematográficas que no dejan lugar a dudas. Trapero, un grande del cine latino, vuelve a hacernos sentir a gusto con esta cruda historia inspirada en hechos reales.
12.- "Mia madre", guión y dirección de Nanny Moretti, filme italiano de una profundidad emotiva que llega muy adentro, una historia sentida, perfectamente interpretada y llevada con un incomparable sentido cinematográfico.
Esta es la lista. Léanla y piensen lo que les gusta y lo que no. Estamos prestos a la discusión.


                                                          

sábado, 19 de diciembre de 2015

Star Wars: El despertar de la fuerza



Hagamos un repaso breve: en 1977, realmente George Lucas nos despertó con “Star Wars” porque su obra, sin ser monumental, aun así resumía atributos que la hacían muy destacable: una historia agradable y lo suficientemente sencilla como para no molestar a los poco ilustrados, una muy buena fotografía, la siempre estupenda musicalización de John Williams, y un acertado grupo de intérpretes que incluía a un joven Harrison Ford y demás.
Más adelante, siguió la saga, ya esperada por muchos, con la que tal vez nos gustara más del conjunto: “El Imperio contraataca”. Pero, de ahí en adelante, todo fue cuesta abajo: “El retorno del Jedí”, por lo menos para nosotros, fue decepcionante y, sin mucho que abundar, la segunda trilogía es un robusto congreso de puros bodrios.
Pero, !ah, los peros: mejores o peores, todas hacen dinero y, como es ya desde hace décadas tradición millonaria, desde que un filme de este tipo, cualquiera que sea, hace dinero en sus primeras semanas, ya se manda a escribir el guion de la siguiente. Por eso: “The Force awakens”, séptima parte que es, a decir verdad, la cuarta parte puesto que su historia se inicia luego de terminar la del “Retorno del Jedí”.
Y esta historia, en efecto, puede decirse que está bien hilvanada, que resulta entretenida, que ha sido bien llevada por J. J. Abrams, que cuenta una fotografía nítida y profesional de Daniel Mindel, que John Williams logra “adornar” bien todo el junto con renovadas variaciones de su viejo tema central, que los intérpretes son eficientes, aunque nada brillantes.


http://www.listindiario.com/entretenimiento/2015/12/19/400963/star-wars-el-despertar-de-la-fuerza

“Truman” Sencilla, hermosa, muy bien lograda

Y ahí está la diferencia: con esas pocas palabras del subtítulo para “Truman” queda resumido todo lo que sentimos cuando vimos este filme durante el Festival de Fine Arts hace unos pocos meses.
Por supuesto, sabemos que, al insistir en que preferimos 100 veces una película como esta a una “cosa” monumental como la anterior, nos van a llover las descalificaciones. Pero, qué se le va a hacer, si así es como venimos pensando desde hace tanto y tantos años.
Porque “Truman” no  es un show rutilante para lucir efectos especiales y repletar la sala y sus inmediaciones con el estruendo de la música  sinfónica y los tableteos de las maravillosas armas del futuro imposible, sino una historia que, como muchas antes (porque no hay nada nuevo bajo el Sol), nos habla del ser humano y sus sentimientos, de la amistad, incluso del cariño de un hombre maduro por su perro de años, ese Truman tan bien interpretado como todos los personajes.

Truman nos habla de lo que somos, de lo que sentimos, de lo que vivimos y al vivir ese día a día nos alegra, nos conmueve, nos llena de dolor, nos ofrece punzadas de odio y de desprecio por lo que vemos, por lo que llegamos a conocer de nuestros propios semejantes, porque somos receptivos a todo lo que nos sucede, a todo lo que nos rodea y condiciona, a lo que vemos en la casa, en la calle, en el diario, en la TV y ahora en las múltiples pantallas que nos viven acosando.

sábado, 12 de diciembre de 2015

'Los Domirriqueños'

Aclaramos de entrada que, aunque lo parezca, no es una película dominicana sino una con intérpretes dominicanos actuando junto a puertorriqueños.
Segundo, que esa historia que nos cuenta es una formulita que se ha estado usando y resobando durante más de un siglo: los buenos del lugar que se defienden de un villano y que, como eso es lo que espera y desea el auditorio, van a ganar sea como sea, aunque usted no lo crea inconscientemente.
Tercero, que, siendo una historia resobada, por lo menos su director, Transfor Ortiz, la cuenta de Pe a Pa sin titubeos, sin introducir detalles del extrarradio que resulten molestos, y eso es una buena ventaja porque, aunque la película dura cerca de dos horas, no llega a cansar.
Por supuesto, usted, como espectador, no comprende cómo un villano capitalista despiadado decide no ejecutar su hipoteca sobre los terrenos deportivos del barrio cuando le proponen un desafío de baloncesto que usted piensa será entre los chicos del barrio, dominicanos y puertorriqueños y el equipo que llevará el villano, para luego enterarse de que varios equipos surgieron de la nada, y como diantres esos chicos, los de aquí y los de allá, que no sabían ni agarrar la bola, aprendieron en dos semanas para ganar a un equipo profesional yanqui.

'En el corazón del mar'

Cuando un cinéfilo ve los avances de este filme, “In the heart of the sea”, lo más probable (por supuesto, si ha leído algo en su vida) es que piense que se trata de una nueva versión de “Moby Dick” , la formidable y muy famosa novela de Herman Melville.
Pues miren que no, que este guión que tomara Ron Howard para hacer la película se basa en otra novela, “In the heart of the sea: The tragedy of the whale ship Essex”. Pero, ahí viene entonces la relación con la primera novela: lo que cuenta el autor de la presente, Nathaniel Philbrick, nos cuenta sobre Herman Melville, el autor de “Moby Dick”, que, en 1850, va a Nantucket, una pequeña isla cercana a Massachusets, USA, a conversar con uno de los sobrevivientes del Essex en la tragedia ocurrida en 1820.
Y, precisamente, la tal tragedia fue la ocurrida (en la ficción sobre la ficción), a ese barco ballenero, el Essex, cuando partió de Nantucket comandado por el Capitán Benjamin Pollard y con Owen Chase como Primer Oficial cuando salieron en busca de ballenas y cachalotes para llenar la bodega del muy preciado entonces aceite extraído de la carne de estos enormes mamíferos.
El relato, que cuenta Tom Nickerson, quien era un chico grumete en el barco y ahora es un señor mayor, luego de que se negara a hacerlo para no revelar detalles bastante escabrosos de lo sucedido con el Essex y su tripulación pero fuera “convencido” por su esposa, no deja de ser interesante precisamente porque conocemos los tales detalles, los tremendos peligros que corrieron durante esa expedición, lo que hubieron de hacer, por fuerza, para sobrevivir.

sábado, 5 de diciembre de 2015

“Del color de la noche”

José Francisco Peña Gómez fue, además de un líder de masas, querido y reverenciado por su pueblo, un hombre honesto y sacrificado, lo cual no es algo que abunda mucho por estas latitudes.
Desde ese punto de vista, merece, no solamente el homenaje de una película, sino cualquier otro que pueda imaginarse. Por esa razón fuimos muy ilusionados a ver “Del color de la noche”, de Agliberto Meléndez.
Pero no salimos con el mismo espíritu. Nos parece que, para comenzar, los diálogos en repetidas oportunidades suenan como dictados, y no es culpa tanto de los intérpretes sino del guionista.
Eso le quita espontaneidad a la obra, la hace sentir un tanto falsa por momentos.
También encontramos lagunas.
Claro que sabemos que no se puede incluir todos los episodios de una vida que, como la de Peña, es larga y arropada de acontecimientos importantes, pero, aún así, se notan demasiado los saltos.
Por ejemplo, al Peña de joven le vemos casado y con dos hijos en un pueblo donde era maestro y locutor. De buenas a primeras, ya está en Santo Domingo y ni asomo jamás de los tres personajes que, caramba, se suponen importantes en la vida de cualquier persona. Peor: le vemos arengando al pueblo por la radio cuando se inician los días de la revuelta de abril, pero luego, ni asomo de ese hecho que, recórcholis, ha sido uno de los más importantes en nuestra historia.

“Víctor Frankenstein” una que salió de la rutina

Mary´ Shelley escribió su “Frankestein” en 1818 y, desde entonces, con la única excepción de la comedia de Mel Brooks, casi todas, mejores o peores, han seguido la misma ruta convencional.
Sin embargo, de buenas a primeras se aparece Paul McGuigan y, con un guión insospechado, se sale de esa senda: este doctor en esa Inglaterra del siglo 19 es inusitadamente diferente. Con decirles que, por una parte, Igor ya no es el jorobado feo de siempre sino que, si bien lo era, es convertido en un joven enamorado y elegante; por quién? Pues por el Doctor Frankenstein nada menos.
Pero, además, para la ejecución de su proyecto formal, o sea, dar vida a un ser humano “construido” con partes de otros, ya no estamos con lo de siempre; el doctor ayudado por Igor, sino que es, sorpréndanse, nada menos que todo un proyecto financiado por un millonario con la idea de forrarse de dinero con los experimentos del doctor.
Además, ya no tenemos a la policía de siempre que investiga cuando la gente le llama la atención de que “algo raro está pasando”, sino a un inspector que se revela como un fanático religioso que persigue a Frankenstein por contravenir los preceptos divinos, y lo hace incluso pasando por encima a sus propios superiores.