domingo, 23 de noviembre de 2014

Juntos pero no tanto


A los cinco minutos de comenzar este film, “And so it goes”, título original, nos percatamos de que iba a ser una historia tan convencional como la del lobo y los tres cerditos. Oren Little es un viudo egoísta y mal educado que ofende a todo aquel que se le arrima a menos de un metro. Pero, de tan molestoso, resulta cargante y exagerado, sobre todo porque usted puede serlo con relacionados, pero no como vendedor, y si se ufana de tener tantos años de experiencia vendiendo, ¿cómo se explica entonces que cada vez que mostraba la famosa mansión de casi 7 millones a posibles clientes le molestara y ofendiera con su mordaz conducta?
Y luego su conducta con los vecinos del hostal donde vivía, peor, su conducta con la nieta, pero, se adivina de inmediato, todo ello para que, de buenas a primeras, el Oren empiece a cambiar hasta que a todos los espectadores les parezca maravilloso como amante, como abuelo, como criador de perros y hasta como coleccionista de sellos o levantador de pesas, si se les hubiera ocurrido.
Y lo mismo sucede con su contraparte, Leah, que canta por dinero en un restaurante, pero a mitad de función arranca a llorar y deja todo. Que lo haga un día, bien; pero todas las veces, vaya, quien le paga es un tarugo y un imbécil, y si la gente sigue yendo a escucharla, son peores que idiotas.



http://www.listindiario.com/entretenimiento/2014/11/21/346253/Juntos-pero-no-tanto

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