sábado, 26 de diciembre de 2015

Lo mejor del 2015

Cada año es diferente, cada año trae cosas diferentes en lo que a la exhibición cinematográfica se refiere. Sin embargo, es muy posible que el 2015 haya sido uno de los períodos en lo cuales hemos tenido mayor dificultad para poder seleccionar la mejor película del año y otras 12, una por cada mes, lo cual no significa que cada uno de los meses del año tenga que, por fuerza, contar con una de las triunfadoras sino que, simple y sencillamente, escogemos una por cada mes.
Tenemos que aclarar, como siempre, que las películas seleccionadas son aquellas estrenadas comercialmente a partir del primero de enero, no esas que hemos visto en Festivales, en la TV o que nos han sido suministradas de una u otra manera, por una muy sencilla razón: si una película X se dio en un Festival o Muestra un par de veces, no ha estado al alcance de la inmensa mayoría del público cinéfilo, y lo mismo con otras que han sido vistas de diversas maneras pero apenas por nosotros y otras pocas personas. Hacemos esto porque no nos parece equitativo dar preferencia a obras que han sido vistas de manera exclusiva por aquellos que tienen ciertas ventajas para conocerlas.
Dicho esto, vemos nuestra selección que, como todos los años desde los tiempos ya lejanos de las salas individuales, hemos estado haciendo, insistiendo en la salvedad de que no estamos pontificando sino emitiendo nuestro juicio que, por supuesto, puede o no ser aceptado por los cinéfilos.

Las mejores del 2015

La Mejor del año: “Sueño de invierno” (Winter’s sleep), de Nuri Bilgen Ceylan, de Turquía.
Esta admirable película, profunda en su disquisición sobre la soledad, sobre lo pretencioso de ciertos seres humanos, sobre las relaciones, odios y temores, admirablemente llevada por Ceylan, con un reparto de intérpretes para nosotros desconocidos pero formidables de principio a fin, ha sido nuestra escogida un paso por delante de “Ida”, de Pablikowski.
Y ahora, sin orden de calidad, las otras doce películas aunque, por lo antes dicho, se sobreentiende que “Ida” es otra gran favorita:
1.- “Ida”, de Pawel Pawlikoski, una historia intimista llevada con una fuerza expresiva y una línea narrativa tersa y profundamente dramática, e interpretada con increíble propiedad por Agata Kulezza y Agata Trzbuckowska.
2.- “Boyhood”, guión y dirección de Richard Linklater, una verdadera osadía cinematográfica: llevar adelante la vida de una madre y sus dos hijos durante años rodando secuencias cada año a medida que los niños crecen y la historia se va transformando.
3.- "La teoría del todo" (The Theory of everything), de James Marsh. Aparte de lo perfectamente delineado de la historia, las interpretaciones, encabezadas de manera formidable por Eddye Redmaine, hacen de este filme una verdadera joya.
4.- "Matar a un hombre", de Alejandro Fernández Almendros. Aunque se trata de una coproducción Chile-Francia, siendo chileno su director, Alejandro Fernández Almendras, así como sus intérpretes, hay que reconocer que, de nuevo, los creadores del cono sur siguen haciendo una cinematografía profunda, sentida y de altísima calidad.
5.- "Refugiado", de Diego Lerman. Otro drama perfectamente interpretado y llevado con una fuerza emotiva que no vemos todos los días. Volvemos al cono sur, seguimos insistiendo en que Latino América es la región donde, muy posiblemente, se está haciendo cine a la altura de los mejores, muy por encima de los fenómenos recaudadores de Hollywood.
6.- Leviatán (Leviathan), de Andrey Zyagintsev. Muy a pesar de que opinamos que le sobra metraje, aun así este filme ruso posee una fuerza dramática que nos permite colocarlo en esta selección, ayudado, por supuesto, por sus estupendas inter´retaiciones.
7.- "Party Girl."- de Maria Amachoukeli Barsack, Claire Burger y Mario Theis. Una de esas historias que son señeras en el mundo del cine por su fuerza interna y por el carácter insólito de ese relato sobre una  mujer entrada en años a quien no le es posible abandonar su estilo de vida. Excelentes interpretaciones complementan esta película francesa.
8.- "Mommy".- Guión y Dirección del canadiense Xavier Dolan, esta controversial historia que nos mete de cabeza en una extraña y cruda relación entre tres personas, una madre con su hijo adolescente, y una amiga vecina. Dura, perfectamente actuada, no es para todos los gustos, pero, sin lugar a dudas, sí paa el nuestro y para muchos que gustan de historias sin tapujos.
9.-"Gett: El divorcio" de Viviane Amsalem (Gett: le precess du Viviane Amsalem)  Guión y Dirección de Ronitt Elkabeta y Shlomi Elkabeta. El filme israelí, imbuido de una fuerza dramática increíble muy a pesar de su puesta en escena escueta y minimalista, nos  cuenta sobre la mujer y sus derechos en naciones donde la religión es aplastante. Una maravilla cinematográfica, sin lugar a dudas.
10.- "Pelo malo", guión y dirección de Mariana Rondón, esta cinta venezolana ocupa con todo derecho un lugar distintivo en esta lista sobre lo mejor del año. Bien actuada, con una historia que se introduce de lleno en la idiosincrasia latinoamericana, este film es de una excelencia incuestionable.
11.- "El Clan", de Pedro Trapero, otro filme latino americano realizada con una firmeza y una elegancia cinematográficas que no dejan lugar a dudas. Trapero, un grande del cine latino, vuelve a hacernos sentir a gusto con esta cruda historia inspirada en hechos reales.
12.- "Mia madre", guión y dirección de Nanny Moretti, filme italiano de una profundidad emotiva que llega muy adentro, una historia sentida, perfectamente interpretada y llevada con un incomparable sentido cinematográfico.
Esta es la lista. Léanla y piensen lo que les gusta y lo que no. Estamos prestos a la discusión.


                                                          

sábado, 19 de diciembre de 2015

Star Wars: El despertar de la fuerza



Hagamos un repaso breve: en 1977, realmente George Lucas nos despertó con “Star Wars” porque su obra, sin ser monumental, aun así resumía atributos que la hacían muy destacable: una historia agradable y lo suficientemente sencilla como para no molestar a los poco ilustrados, una muy buena fotografía, la siempre estupenda musicalización de John Williams, y un acertado grupo de intérpretes que incluía a un joven Harrison Ford y demás.
Más adelante, siguió la saga, ya esperada por muchos, con la que tal vez nos gustara más del conjunto: “El Imperio contraataca”. Pero, de ahí en adelante, todo fue cuesta abajo: “El retorno del Jedí”, por lo menos para nosotros, fue decepcionante y, sin mucho que abundar, la segunda trilogía es un robusto congreso de puros bodrios.
Pero, !ah, los peros: mejores o peores, todas hacen dinero y, como es ya desde hace décadas tradición millonaria, desde que un filme de este tipo, cualquiera que sea, hace dinero en sus primeras semanas, ya se manda a escribir el guion de la siguiente. Por eso: “The Force awakens”, séptima parte que es, a decir verdad, la cuarta parte puesto que su historia se inicia luego de terminar la del “Retorno del Jedí”.
Y esta historia, en efecto, puede decirse que está bien hilvanada, que resulta entretenida, que ha sido bien llevada por J. J. Abrams, que cuenta una fotografía nítida y profesional de Daniel Mindel, que John Williams logra “adornar” bien todo el junto con renovadas variaciones de su viejo tema central, que los intérpretes son eficientes, aunque nada brillantes.


http://www.listindiario.com/entretenimiento/2015/12/19/400963/star-wars-el-despertar-de-la-fuerza

“Truman” Sencilla, hermosa, muy bien lograda

Y ahí está la diferencia: con esas pocas palabras del subtítulo para “Truman” queda resumido todo lo que sentimos cuando vimos este filme durante el Festival de Fine Arts hace unos pocos meses.
Por supuesto, sabemos que, al insistir en que preferimos 100 veces una película como esta a una “cosa” monumental como la anterior, nos van a llover las descalificaciones. Pero, qué se le va a hacer, si así es como venimos pensando desde hace tanto y tantos años.
Porque “Truman” no  es un show rutilante para lucir efectos especiales y repletar la sala y sus inmediaciones con el estruendo de la música  sinfónica y los tableteos de las maravillosas armas del futuro imposible, sino una historia que, como muchas antes (porque no hay nada nuevo bajo el Sol), nos habla del ser humano y sus sentimientos, de la amistad, incluso del cariño de un hombre maduro por su perro de años, ese Truman tan bien interpretado como todos los personajes.

Truman nos habla de lo que somos, de lo que sentimos, de lo que vivimos y al vivir ese día a día nos alegra, nos conmueve, nos llena de dolor, nos ofrece punzadas de odio y de desprecio por lo que vemos, por lo que llegamos a conocer de nuestros propios semejantes, porque somos receptivos a todo lo que nos sucede, a todo lo que nos rodea y condiciona, a lo que vemos en la casa, en la calle, en el diario, en la TV y ahora en las múltiples pantallas que nos viven acosando.

sábado, 12 de diciembre de 2015

'Los Domirriqueños'

Aclaramos de entrada que, aunque lo parezca, no es una película dominicana sino una con intérpretes dominicanos actuando junto a puertorriqueños.
Segundo, que esa historia que nos cuenta es una formulita que se ha estado usando y resobando durante más de un siglo: los buenos del lugar que se defienden de un villano y que, como eso es lo que espera y desea el auditorio, van a ganar sea como sea, aunque usted no lo crea inconscientemente.
Tercero, que, siendo una historia resobada, por lo menos su director, Transfor Ortiz, la cuenta de Pe a Pa sin titubeos, sin introducir detalles del extrarradio que resulten molestos, y eso es una buena ventaja porque, aunque la película dura cerca de dos horas, no llega a cansar.
Por supuesto, usted, como espectador, no comprende cómo un villano capitalista despiadado decide no ejecutar su hipoteca sobre los terrenos deportivos del barrio cuando le proponen un desafío de baloncesto que usted piensa será entre los chicos del barrio, dominicanos y puertorriqueños y el equipo que llevará el villano, para luego enterarse de que varios equipos surgieron de la nada, y como diantres esos chicos, los de aquí y los de allá, que no sabían ni agarrar la bola, aprendieron en dos semanas para ganar a un equipo profesional yanqui.

'En el corazón del mar'

Cuando un cinéfilo ve los avances de este filme, “In the heart of the sea”, lo más probable (por supuesto, si ha leído algo en su vida) es que piense que se trata de una nueva versión de “Moby Dick” , la formidable y muy famosa novela de Herman Melville.
Pues miren que no, que este guión que tomara Ron Howard para hacer la película se basa en otra novela, “In the heart of the sea: The tragedy of the whale ship Essex”. Pero, ahí viene entonces la relación con la primera novela: lo que cuenta el autor de la presente, Nathaniel Philbrick, nos cuenta sobre Herman Melville, el autor de “Moby Dick”, que, en 1850, va a Nantucket, una pequeña isla cercana a Massachusets, USA, a conversar con uno de los sobrevivientes del Essex en la tragedia ocurrida en 1820.
Y, precisamente, la tal tragedia fue la ocurrida (en la ficción sobre la ficción), a ese barco ballenero, el Essex, cuando partió de Nantucket comandado por el Capitán Benjamin Pollard y con Owen Chase como Primer Oficial cuando salieron en busca de ballenas y cachalotes para llenar la bodega del muy preciado entonces aceite extraído de la carne de estos enormes mamíferos.
El relato, que cuenta Tom Nickerson, quien era un chico grumete en el barco y ahora es un señor mayor, luego de que se negara a hacerlo para no revelar detalles bastante escabrosos de lo sucedido con el Essex y su tripulación pero fuera “convencido” por su esposa, no deja de ser interesante precisamente porque conocemos los tales detalles, los tremendos peligros que corrieron durante esa expedición, lo que hubieron de hacer, por fuerza, para sobrevivir.

sábado, 5 de diciembre de 2015

“Del color de la noche”

José Francisco Peña Gómez fue, además de un líder de masas, querido y reverenciado por su pueblo, un hombre honesto y sacrificado, lo cual no es algo que abunda mucho por estas latitudes.
Desde ese punto de vista, merece, no solamente el homenaje de una película, sino cualquier otro que pueda imaginarse. Por esa razón fuimos muy ilusionados a ver “Del color de la noche”, de Agliberto Meléndez.
Pero no salimos con el mismo espíritu. Nos parece que, para comenzar, los diálogos en repetidas oportunidades suenan como dictados, y no es culpa tanto de los intérpretes sino del guionista.
Eso le quita espontaneidad a la obra, la hace sentir un tanto falsa por momentos.
También encontramos lagunas.
Claro que sabemos que no se puede incluir todos los episodios de una vida que, como la de Peña, es larga y arropada de acontecimientos importantes, pero, aún así, se notan demasiado los saltos.
Por ejemplo, al Peña de joven le vemos casado y con dos hijos en un pueblo donde era maestro y locutor. De buenas a primeras, ya está en Santo Domingo y ni asomo jamás de los tres personajes que, caramba, se suponen importantes en la vida de cualquier persona. Peor: le vemos arengando al pueblo por la radio cuando se inician los días de la revuelta de abril, pero luego, ni asomo de ese hecho que, recórcholis, ha sido uno de los más importantes en nuestra historia.

“Víctor Frankenstein” una que salió de la rutina

Mary´ Shelley escribió su “Frankestein” en 1818 y, desde entonces, con la única excepción de la comedia de Mel Brooks, casi todas, mejores o peores, han seguido la misma ruta convencional.
Sin embargo, de buenas a primeras se aparece Paul McGuigan y, con un guión insospechado, se sale de esa senda: este doctor en esa Inglaterra del siglo 19 es inusitadamente diferente. Con decirles que, por una parte, Igor ya no es el jorobado feo de siempre sino que, si bien lo era, es convertido en un joven enamorado y elegante; por quién? Pues por el Doctor Frankenstein nada menos.
Pero, además, para la ejecución de su proyecto formal, o sea, dar vida a un ser humano “construido” con partes de otros, ya no estamos con lo de siempre; el doctor ayudado por Igor, sino que es, sorpréndanse, nada menos que todo un proyecto financiado por un millonario con la idea de forrarse de dinero con los experimentos del doctor.
Además, ya no tenemos a la policía de siempre que investiga cuando la gente le llama la atención de que “algo raro está pasando”, sino a un inspector que se revela como un fanático religioso que persigue a Frankenstein por contravenir los preceptos divinos, y lo hace incluso pasando por encima a sus propios superiores.

sábado, 28 de noviembre de 2015

‘Tubérculo Gourmet’, se defiende algo

Andamos afanosos en busca de un investigador para que localice nuestro sentido del humor. Eso lo decimos porque, luego de leer en la prensa y escuchar diversas opiniones sobre los muy buenos chistes de este filme, como no logró sacarnos más que una que otra tenue sonrisa, pues andamos algo escamados.
Sin embargo, hemos de reconocer que, luego de tragarnos bodrios como las “Lotomán”, podría asegurar que el trabajo direccional de Archi López mejora, sin que lleguemos a elogiarlo en toda su extensión.
Esta vez, por lo menos, la historia que se cuenta va de principio a fin sin alteraciones molestas.
Pero el problema entonces es que esa historia nos parece de un acentuado costumbrismo que sentimos falso. Esos campesinos, Tubérculo y su compadre Tirson, de jóvenes, con esas melenas y esos bigotes, parecen más “hippies” trasnochados que campesinos del patio: jamás habríamos imaginado campesinos del Cibao con semejante talante.
Además, hizo falta una persona para manejar las actuaciones: ambos personajes sobreactúan, el Tirson con lo de la chiva Rosita, el otro con lo de la comida, que resulta una exageración a todas luces, por más que se diga que hablamos de una comedia.
Todas las historias tienen que partir del sentido común, de lo verosímil, sean dramas, tragedias, aventuras o comedias.


“Máxima precisión”

Se hace evidente que ese señor, Andrew Niccol, (Gattaca) es un director con ideas propias y, además, que esas sus ideas no son puras tonterías de las que nos tienen acostumbrados los chicos de Hollywood.
“Good kill”, el título original, expresa con fuerza la idea que permea esta historia; en español, “Máxima precisión” no es más que un suave subterfugio, pero “Good kill” nos habla de lo que el Mayor Thomas Egan, su superior, el Teniente Coronel Jack Johns y los demás de su grupo, amén de muchos otros grupos repartidos por todas partes en USA y quién sabe en cuántos países más, están haciendo día por día, hora tras hora, sin cesar un momento: matando. Porque, tal y como rumia Thomas, ya él no es el piloto de un avión de caza que combate en las alturas y está de continuo en riesgo de perder la vida al enfrentar al enemigo, sino algo así como un jugador de Nintendo que maneja un control encerrado en un galón con aire acondicionado.
Pero, además, y muy principalmente, día tras día, hora tras hora, recibe órdenes inflexibles sobre lo que tiene que hacer con esos controles. Ya no es como esa guerra para la cual le entrenaron y para la cual sirvió durante docenas y docenas de misiones en su avión, guerra en la cual, suspendido en el espacio, él decidía lo que había que hacer en cada instante. Ahora está sentado frente a sus controles operando un “dron”, una cámara a tres mil metros de altura le ofrece un panorama preciso de lo que hay abajo, en Afganistán, en Yemen, en Irak, donde sea, y esa voz implacable le ordena, sin que pueda protestar, lo que tiene que hacer.

sábado, 21 de noviembre de 2015

“Viva la libertá”

A primera vista, cualquier podría pensar que “Viva la Libertá”, del italiano Roberto Andó, es una comedia. A primera vista. Porque, por menos que piensen, van a ir descubriendo los hilos cada vez menos tenues sobre esta diatriba sobre lo que es la democracia en Italia.
Por supuesto, este filme se rodó en 2013, y es mucho que ha pasado desde que Matteo Renzi está en el poder y hasta en el Vaticano con Francisco Begoglio.
Pero es evidente que el decurso de la historia particular política de Italia está plagada de atrocidades, de crímenes políticos, de mafias enquistadas en todos los ámbitos (la iglesia incluida), de corrupción por los cuatro costados.
Y por eso, aún luego de Renzi y Francisco, suena y se impone el discurso político de Andó cuando nos ofrece la historia del líder de la oposición, Giovanni Ernani, cuyas debilidades y estupideces están hundiendo su partido y con ello empeorando la situación general. Y cuando Giovanni, aturdido por las críticas, un buen día desaparece del ámbito y cunde la desesperación en su partido, Andrea Bottino, su mano derecha, tratando de dar con su paradero, va a dar a casa de Enrico Oliven, su hermano gemelo.

Y entonces, cuando un periodista le entrevista en un bar creyéndole el líder, surge la idea: en tanto aparece el real, vamos con el gemelo.

“Mia madre”

Mientras por un lado hay todo un reperpero con “The Hunger games: mockingjay”, que es la parte 2 de la tercera “obra” de esta saga con muchas correderas, incendios, explosiones, muertos a granel y hasta unos pajarracos con nombre extraño pero que son lo mismo de siempre, zombies; por el lado de las pequeñas salas de Fine Arts hay cine, y un cine que no precisa de super estrellas archi famosas, de grandes presupuestos ni fabulosas escenografías.
Pero esas dos películas son italianas, esas dos películas tienen intérpretes formidables que no son “bonitos” ni curvas por todos lados.
Esas dos películas son, simple y sencillamente: ¡cine!
La primera de ellas es la mejor: “Mia madre”, del formidable Nanni Moretti.
Y es tan sencillamente en su producción que pueda dar la falsa idea de que cualquier tarugo podría haberla hecho.
Pero, recuerden: en el arte cinematográfico se requiere, por fuerza, producción, pero nadie está obligado ha lanzarse a un “show” huero y hueco como “Titanic” o “Avatar”, para apenas citar dos ejemplos.
Lo que realmente necesitó Moretti fue una historia sensible, hermosa, profundamente metida en los huesos del ser humano.

Es la historia de Margherita, señora bien pasada de los 40, ni fea ni bonita, directora de cine que está metida hasta las narices en el rodaje de una historia sobre un conflicto obrero-patronal, con el agravante de que su personaje central, el nuevo propietario de la fábrica, es un famoso actor yanqui interpretado por John Turturo (excelente, por cierto). Pero ese no es el verdadero problema de Margherita. Porque, mientras está hasta las orejas en los problemas del rodaje y de su extrovertido, vanidoso y necio protagonista, en el hospital yace su madre enferma de gravedad.

sábado, 14 de noviembre de 2015

‘Dinero fácil’: no es tan fácil hacer cine

Daniel Aurelio salió bien librado con el guión de “¿Quién manda?”, en el que funciona como pura fórmula, y luego escribió otro que no tuvo tanto éxito, el de “Pueto pa’mí”, que no es fórmula pero sí más flojo y reiterativo, y ahora, ¡repollos industriales”, al parecer se sintió engrandecido por sus éxitos (ambas películas han tenido bastante éxito en la taquilla), y se suelta en banda nada menos que como guionista, director y actor principal de “Dinero fácil”.
Y, aunque este filme es relativamente corto (no pude hacer el cálculo, pero, no debo andar muy errado, no debe alcanzar los 90 minutos), estuvimos a punto de dormirnos a mitad de camino.
Porque, vamos, películas sobre estafadores no son demasiado abundantes, pero recordamos ahora mismo un par de ellas: “Matchstick men”, 2007, de Ridley Scott, formidable, y “Nueve reinas”, 2000, de Fabián Bielinsky, excelente. Y, piensen, ¿qué detalles caracterizan a esas dos obras? Para empezar, que sus guiones están escritos con sumo cuidado y precisión, para que no surjan fallos en sus relatos y enredos peculiares en este género o subgénero y, tan importante o más, que ambas poseen un ritmo picado armonioso y dinámico.
Y en esos dos aspectos falla miserablemente “Dinero fácil”.

‘Operación Ultra’, la extravagancia nos arropa

Lo hemos dicho muchas veces y ahora no tenemos más remedio que repetirlo: la gente que más fácil se gana el dinero está en Hollywood: son sus guionistas o, por lo menos, la mayor parte de ellos.
Porque, dígannos algo, luego de ver, por supuesto, esta mojiganga que es “American ultra”: ¿de dónde sale el sentido, cualquier sentido, de este guión?
O sea, que este muchacho, Mike Howell, personaje central del asunto, es algo así como un producto creado por la CIA dizque para propósitos de lucha armada, algo que nos imaginamos porque nunca le van a aclarar de manera clara y precisa.

Mike vive en un pueblito con su noviecita, Phoebe, trabaja en un almacén en la noche, y de buenas a primeras un jefecito de la CIA decide que “esos que hicieron ya no son necesarios” y, en vez de dejar que el zoquete siga viviendo su vida normal anodina que no perjudica a nadie, le manda a matar.

sábado, 7 de noviembre de 2015

‘Spectre’: Mendes, hombre de cine

Usted ve en los diarios y en la TV el anuncio de una nueva película de James Bond y, si tiene la edad suficiente, sabe a ciencia cierta lo que va a ver: un filme  desbordante de acción y fantasía. La única diferencia con las anteriores, vale decir, es que es lo mismo: si es de los 60 con Sean Connery o de otras décadas con Timothy Dalton, Roger Moore, Pierce Brosnan, un asomo de George Lazemby y, por supuesto, las recientes del mismo héroe actual, Daniel Craig.
Otra diferencia, por supuesto, es que algunas les han gustado más que otras, lo cual es lo más natural del mundo.
Pero, sea cual sea su intérprete preferido, sea cual sea su posición en el calendario, insistimos, sabe que va a ver eso que ya señalamos: una fantasía delirante cargada de dinamismo, de acción, de persecuciones, de tiros y muertos sin que, muy a pesar de ello, pueda inferirse que una Bond sea más violenta en su exposición visual que docenas de cintas que pululan por todos lados.
La presente, “Spectre”, cuenta con un guión escrito en común por John Logan, Neal Purvis y Robert Wade que, por cierto, si fuéramos ingenuos, podríamos colegir que se trata de un epílogo a la serie porque reúne entre sus muchos elementos argumentales toda una serie de detalles que involucran a anteriores rivales del sistema y de Bond en particular, así como personajes importantes o no tanto de otros episodios de la luenga saga bondiana, como puede ser la M de Judy Dench y, además, por los detalles puntuales que ofrece en sus últimos, digamos, diez minutos, pormenores que...no vamos a decir nada más.
Entonces, si vamos al relato creado por estos tres señores, podríamos decir sin temor a equivocarnos que, ciertamente, otras historias, tanto de Craig como de Connery, nos han gustado más, tal vez porque la fantasía en esta oportunidad se desliza hacia ciertos territorios que nos lucen un tanto acomodaticios para que el héroe impoluto se salga con la suya.

‘Me and Earl and the Dying girl’

  • ‘Me and Earl and the Dying girl’


Esta película viene del Festival de Fine Arts y, a pesar de ello, no es cosa del otro mundo. Sin embargo, como se promueve, hasta en sus mismos avances, como una comedia, y todos suponemos que vamos a ver una comedia para olvidar las preocupaciones y reír a más no poder, tendríamos por fuerza que hacer ciertos aclaraciones.
El personaje central de la historia es un adolescente, Greg, que es un chico solitario, apenas tiene un amigo, un jovencito como él, pero negro, y que no gusta de casi ningún tipo de actividad social.
Por esa sencilla razón, Greg se siente más que incómodo cuando su madre, tratando de hacer una “obra de bien social” bien vista por todos, casi (y sin casi) le obliga a relacionarse con Rachel, chica bonita y adolescente también, pero que difiere de los dos amigos por un pequeño detalle: está muriendo de un cáncer o un tumor o lo que sea.
Y es esa relación, la de Greg y Earl, la de ambos con Rachel, lo que nos cuenta la película de este señor de origen latino, pero de todos modos norteamericano: Alonso Gómez-Rejón.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Armando Almánzar R. entre autores incluyen cambios sociales en Santo Domingo

El intelectual Miguel Angel Formerin menciona a Armando Almánzar R. entre los autores que incluyen imágenes de la ciudad de Santo Domingo en su literatura.
Almánzar es incluido dentro de los escritores  en cuyas obras "La ciudad retorna a su nombre original y otros sectores vienen a disfrutar del ‘centro’ estableciéndose en las periferias. Autores como Miguel Alfonseca, René del Risco y Bermúdez, Carlos Esteban Deive, Armando Almánzar, Antonio Lockward y Marcio Veloz Maggiolo dan otra perspectiva más dominicanista, pero a la vez universal a la realidad dominicana," dice Formerin.
En el artículo "Más imágenes de la ciudad de Santo Domingo en su literatura", publicado  en el periódico Hoy de esta ciudad,  Formerín hace varias menciones de la obra de Almánzar, destacando entre ellas las referentes a  "la vida de los marginados y la violencia contra las mujeres en los textos" “El gato” y en “Infancia feliz”.
Para Formerin "Es importante que tanto en Armando Almánzar como en René del Risco o en Alfonseca que la situación de violencia de subordinación de las mujeres entra en el discurso literario en un momento en que el amor libre y el feminismo se apropiaban de la escena pública en los países centrales."

sábado, 31 de octubre de 2015

República del Color

No hay lugar a dudas: aunque hay muchos entre nuestra gente del cine que llevan signos de dólares tatuados en los ojos, o sea, que cada vez que piensan o imaginan una historia para llevar al cine, lo hacen en función de lo que van a invertir y, sobre todo, en lo que van a ganar.
Y uno de esos osados es un joven que ya nos diera un largometraje de ficción, “Al sur de la inocencia”, Héctor Valdez, y que ahora, de buenas a primeras, nos ofrece un documental, y hasta los tan mentados chinos de Bonao saben que con documentales no se gana dinero, a menos que sea una perfecta casualidad o un afortunado sesgo de la historia.
“República del Color” nos lleva a través del tiempo y el espacio hacia las vidas de unos cuantos artistas creadores que, por azares del destino, fueron a dar con sus huesos a nuestro país y nada más y nada menos que durante la aciaga y dolorosa era de Trujillo.
O sea, que huyendo de la Guerra Mundial la familia Chauseriau vino a dar al este de nuestro país y aquí inició sus andares por el mundo de la luz y el color.
Qué huyendo de la saña alevosa de un Francisco Franco, artistas de la talla de Vela Zanetti djearon sus fabulosa impronta en numerosos murales de iglesias y edificios gubernamentales.
Y eran pagados por ese mismo tan cruel y despiadado como Franco, Trujillo, lo cual prueba una vez más que nadie es absolutamente malo ni absolutamente bueno.
Y este documental se destaca no tanto por su guión, que en verdad no lo es tanto desde el punto de vista formal y académico, sino por su edición y, muy especialmente, por la fotografía de Frankie Baez.

“Actividad paranormal: la dimensión fantasma”

Esta es la sexta edición de “Paranormal activity” y, al comenzar, usted, que a lo mejor se ha zampado las 5 primeras, piensa que la presente va a ser algo diferente porque vemos una familia normal en una casa normal en actividades normales.
Pero la variante es que encuentran una cámara y varios casettes y, claro, se ponen a verlos y resulta que no sólo esos casettes desbordan fantasmas de todos los tipos y colores sino que los trasgos de lo filmado se comunican con los vivos que los ven.

Y entonces empieza la fiesta de siempre: sombras y movimientos inesperados, golpes, empujones, chilidos y todo el repertorio normal de la anormalidad fantasmagórica.

“El golpe de Estado”


Tiene otro título: “Sin escape”, pero lo principal es la idea de un matrimonio norteamericano con dos niñas pequeñas que arriba a una nación que hace frontera con Vietnam contratado como ingeniero por una muy importante empresa y, no hacen más que desempacar cuando, fuás, se les viene encima un cruento o más que violento golpe de Estado.
Por lo tanto, ya podrán imaginar la historia: la familia haciendo hasta lo imposible por salir con vida apenas con la ayuda providencial de un inglés que resulta ser agente secreto en medio de aquella baraúnda de muerte y destrucción.
Podría decirse que John Erik Dowdle, director y coguionista del filme sale bien librado como lo primero, porque, muy a pesar de los 103 largos minutos de tiros, muertos y correderas todo aquello discurre con viveza, no nos deja descansar.

sábado, 24 de octubre de 2015

"Oro y polvo", mucho polvo, poca sustancia

El cinéfilo tendrá que soportar en esta historia por lo menos unos cuantos miles de disparos de pistolas, revólveres, ametralladoras y fusiles.


Lean sobre esta teoría que resulta muy instructiva: desde que llegaron los españoles de Cristóbal a estos para entonces ignotos territorios, los extranjeros se han estado beneficiando de todos los del patio desde la Patagonia hasta Alaska. Por esa razón, debemos establecer nuevas reglas y, se cae de la mata, quitarles los negocios de nuestros países a todos los extranjeros.
Ese es el argumento que esgrime Marisela, la hermosota chica protagonista de “Oro y Polvo” que, por si acaso andan algo enredados, cuando esas palabras pronuncia no se está refiriendo a la importación de rulos ni de caviar, sino nada más y nada menos que... a las drogas.
De ahí en adelante, válidos de la tal teoría, la chica y su novio luego marido, Teo, y el amiguísimo de este último, Daniel, se enfrascan en una docena de tiroteos con cuanta banda de narcos aparece, y van destutanando a todo aquel que presume de “capo” para, por supuesto, ser ellos los “capos” de verdad y tener mesas rebosantes de fajos de billetes que se exhiben para gusto de los amantes del, claro, billetaje.
Por esa razón, y aunque ellos son los jefes más jefes, el Teo maneja él mismo una lancha motora desde quién sabe dónde y burla a la DEA, que para eso son protagonistas.
Por esa misma razón, la primera expedición en lancha burla a otra lancha que les está acribillando a tiros sin que sepamos cómo.
En otras palabras, que si usted, amigo cinéfilo, delicado de oídos, tendrá que soportar por lo menos unos cuantos miles de disparos de pistolas, revólveres, ametralladoras y fusiles. Esa es la historia, escrita por Huchi Lora y Jesse Wheeler, que no se andan disimulando cuando de asesinar unas cuantas docenas se refiere.         
 La película, como la anterior del “tandem” Lora-Limardo,   es dirigida por Félix Limardo y, para que vean como son las cosas, no nos parece que sea un mal tratamiento el suyo: el relato fluye con buen ritmo y la fotografía de Seamus Tierney posee cierto dinamismo y buenos enfoques. Cierto que en ocasiones la musicalización sobreabunda, que hubiéramos preferido un tanto más de silencio para acentuar el dramatismo de secuencias como la de los dos amigos enfrentados, pero, aún así, no anda mal el asunto.

“El último cazador de Brujas”, ¿último? a lo mejor se lo creen

Porque recuerden que este asunto, “The last witch hunter”, es un producto enlatado (aunque ya no vengan en latas las películas) de Hollywood, igual que una compota de Gerber sigue siendo una compota de Gerber sin importar su sabor, con la diferencia esencial de que las compotas son más saludables.
O sea, que si este tejemaneje absurdo costó nada menos que 90 millones de dólares (algo que, para nosotros por lo menos, es como quemar dinero), si por cosa del demonio recauda más de 150 entonces podemos apostar ahora mismo que viene la secuela, llámese como se llame.

Y esa apuesta va sobre todo porque el señor Vin Diesel es el formidable protagonista, un personaje inmortal por conjuro de bruja bruta porque lo hace durar mucho para que se la pase barriendo el piso con ellas. Diesel (no gasolina), apareció en el 2006 en un apreciable filme titulado “Find me guilty”; tenía cabellos entonces y tal vez por eso logró una muy buena interpretación, lo cual hizo pensar a muchos que, en verdad, era actor.
Sin embargo, a partir de entonces se dedicó a un asunto muy particular que al parecer tiene fanáticos en el mundo entero: los carritos “chocones”. Por si acaso no lo recuerdan o no son aficionados al cine, todo se inició con “Fast & furious” en 2009 y, aunque antes tenía más de una docena de apariciones, entonces fue cuando empezaron a conocerle como Dominic Toretto y sus “furiosidades” a hacer dinero a espuertas, tanto que para este año tiene la No. 7 y para el 2017 viene la 8.

O sea, que el asunto tiene características de epidemia, sobre todo porque en todas sucede siempre más o menos lo mismo.

sábado, 17 de octubre de 2015

‘El Clan’: de lo mejor en el Festival

Esta estupenda cinta con guión y dirección del argentino Pablo Trapero resultó ganadora en el recién terminado Festival de Fine Arts. Siempre es posible que a usted, amable o atrabiliario lector, le haya gustado otra más que la presente, pero sin embargo, no hay dudas sobre su calidad.
Cuenta este filme sobre eso que siempre queda luego de terminada una dictadura: de toda esa canalla que disfrutaba del poder, sus remanentes, esos que sirvieron y contribuyeron con torturas y asesinatos, no se conforman con volver a una vida normal. Sucedió en nuestro país, ha sucedido decenas de veces en otros, a lo mejor su vecino era un asesino o, por lo menos, un cómplice que disfrutaba de las mieles del poder.
Y por eso esta historia sobre uno de ellos, con la peculiaridad de que, siendo un hombre maduro con esposa y cuatro hijos, todos ellos conocían lo que sucedía en su casa, en la habitación de arriba, en el sótano, uno de ellos, tan conocido como atleta, era de los activos, pero todos, desde la esposa hasta la niña más pequeña, sabían y continuaban con su vida “normal”.


‘Ladrones’

Nos gusta más el Gato con botas. Eso porque esta historieta que escribiera Jon Molerio es una especie de cuento de hadas sobre gente pobrecita y abusada que se busca a unos Robin Hood mejicanos para que les saquen de aprietos.
De esa manera, por tratarse de un cuentecillo fantasioso, no importará que los villanos, encabezados por la terrible Miriam Kilroy y su matón “despiadado” Rex se más malos que Trujillo, Franco y Hitler a la vez, porque los Robin, ayudados por las “habilidades” de algunos de los miembros de la familia abusada que incluye hechiceras y tontos de capirote, le van a dar ciento y raya a los malos aunque sea para que usted pase el rato riéndose de los chistes introducidos para hacernos pasar mejor el rato, y de las sandeces de los “héroes” para vencer a los muy, muy villanos.
Joe Menéndez saca adelante su filme con cierta agilidad en el montaje, es un veterano de algunos largo metrajes y de docenas de episodios de TV y por eso el asunto no termina cansando en exceso. Las interpretaciones no son nada del otro mundo porque los personajes no tienen peso específico, como en otras tantas cintas del patio.

‘La cumbre escarlata’

En efecto, es posible que ahora estén pensando, luego de ver “The Crimson Peak”, filme en el que Guillermo del Toro se desenvuelve como director y co-guionista, que este señor ha hecho mejores películas.
Y, claro, les daremos la razón a quienes así piensan recordando, para no ser exhaustivos, apenas “Cronos”, del 96, y sobre todo la formidable “El laberinto del fauno”, del 2006. Y dirán, también a lo mejor, que se trata de “otra película de fantasmas”.

Pero no nos parece tan simple hablar así de esta cinta. Porque, sobre todo, tal como expresa Edith, personaje central de la historia al hablar sobre una novela que escribe y a la cual se refiere un editor como “historia de fantasmas”, en realidad esos fantasmas son accesorios, porque la historia en sí es una especie de fantasía oscura sobre una pareja hundida hasta el tuétano de una sevicia criminal muy poco común.

‘En la cuerda floja’

Aunque, como con el caso de Del Toro, hemos visto más de media docena de obras de Zemeckis mejors que la presente.
Sin embargo, no hay duda alguna sobre el detalle de que Zemeckis consigue acalambrarnos con su puesta en escena que reproduce, en la ficción, lo que hiciera en la vida real el volatinero francés Philippe Petit, un verdadero especialista en caminar y hacer travesuras sobre una cuerda floja: atravesar sobre un cable de acero los 45 metros que separaban las dos famosas Torres Gemelas en New York.
Lo cierto es que, si usted sufre de vértigo o si, por lo menos, no le agrada la cercanía de las grandes alturas, esta película le va a hacer pasar un par de horas tembloroso porque, sobre todo en su segunda parte, a partir de los preparativos para la tan peligrosa hazaña, la cámara de Dariusz Wolski nos pone a sufrir el vértigo del inminente peligro que corre Petit e, incluso, uno de sus colaboradores en la cima de la torre primero, sobre el cable después.

Buen trabajo entonces el relato de esa descabellada acción que, por supuesto, acometió el francés a escondidas porque nadie le iba a dar permiso para semejante locura.

sábado, 10 de octubre de 2015

‘Truman’, mucho mejor sin tanta bulla

Española, dirigida por Cesc Gay, un señor que nada de famoso ni de gran director tiene, nos ofrece, sin embargo, sin gran presupuesto, sin efectos especiales, sin gente bonita, una hermosísima historia de amistad y cariño.
En efecto, no tiene nada de lo mencionado que sí tienen las de Hollywood, pero tiene algo emocionante y genuino que contar, y además tiene dos actores formidables, Ricardo Darín y Javier Cámara en los roles principales y otros excelentes que les ayudan de cuando en vez: Dolores Fonsi, Javier Gutiérrez, Eduad Fernández y Alex Brendemhul.
Y un perro: Truman.
Y lo que cuenta es muy sencillo pero muy apasionante y sentido: la amistad entre dos amigos, y el cariño de un hombre por su perro, Truman.
No se necesita nada más, se cuenta ese encuentro en Madrid, lo que sucede entre ellos durante esos 5 días que dura la visita, se nos remite a los sentimientos más puros del ser humano, se dirige con gracia y con buen sentido, y ya: una estupenda cinta que usted debe ver.

"Sicarios"

Y es que este señor director, el canadiense Denis Villeneuve, al parecer anda por la misma ruta por la que anduvo Clint Eastwood durante muchos años, ruta que consiste en una alternancia en lo que se refiere a los guiones a escoger: de buenas a primeras, toma uno que le ofrece una gran empresa productora, lo lleva adelante, cobra sus buenos dólares y, entonces, con ese acumulo, la emprende con uno suyo o, por lo menos, que le parezca más que importante como para emprender un filme al estilo, digamos, “Incendies”.
En esta oportunidad se mete de cabeza en un libreto de Taylor Sheridan que es una especie de policial-thriller sobre el mundo del tráfico de drogas.
Por supuesto, es un “thriller” bien llevado, excelente fotografía de Roger Deakins, bien musicalizado, bien actuado, con una edición que no permite descansar al espectador; o sea, que no estamos diciendo que su película sea una tontería, lo que presenta es duro, contundente en su plasmación de la crueldad de las mafias del tráfico que hacen sus siniestras tropelías desde México hasta los estados fronterizos con USA; cuando nos muestra la facilidad con que “la Ley” norteamericana se desempeña para lograr sus propósitos no se las anda con boberías.

Pero, de todos modos, “Sicario” sigue siendo un “thriller” con buena factura como pudo haberlo hecho, sin tanto aspaviento, Walter Hill, todo un especialista en el género.

'Misión rescate'

Si pensaba usted, buen aficionado al buen cine, que una cinta de ciencia ficción de un director con tanta reputación como Ridley Scott iba a resultar igual o tal vez hasta mejor que la de Alfonso Cuarón, “Gravity”, pues se equivocó pero por mucho.
La historia planteada por el mejicano posee fuerza, profundidad en su enfoque del ser humano y sus circunstancias, nos pasma con la fuerza de sus imágenes ante la idea de la soledad humana inmersa en la inmensidad del cosmos.
“The Martian”, en cambio, es una simple aventura que nos entretiene durante nada menos que dos horas y 21 minutos, lo cual es otra desventaja respecto a la otra: 91 minutos, pero intensos y apasionantes.
Tomando el libro de Andy Weir, Drew Goddard escribió este guión que nos cuenta sobre un equipo de astronautas en Marte que, de buenas a primeras, es sorprendido por una fuerte tormenta y por fuerza despegan para evitar males peores, dejando abandonado a Mark Watney a quien creen muerto.

Pero, por supuesto, no lo está, porque si lo estuviera entonces no habría una película llamada “Misión rescate”, y por eso nos vamos a pasar esos largos minutos mencionados viendo cómo Mark sobrevive gracias a su habilidad como botánico y a su ingenio particular para hacer casi de todo que no sea pasar un rato divertido con una chica.

sábado, 3 de octubre de 2015

"El Clan”, estupendo trabajo de Trapero .VI Festival de Cine de Fine Arts.

En Argentina hay muy buenos directores y, sin lugar a dudas, Pablo Trapero es uno de ellos: sólo con recordar la tan original y estupenda “Carancho” tienen más que suficiente como para validar esta muy sentida  opinión.
Pero, si aquella cinta era excelente, nos parece que la presente la supera precisamente en lo que su puesta en escena se refiere.
En una historia que, por cierto, es en todo sentido lo opuesto a la antes reseñada (época moderna, maldad y corrupción a flor de piel, violencia inau-dita), Trapero se vale de todos los recursos propios del Arte cinematográfico para mantenernos sujetos firmemente a la butaca. Y habría que recordar que los personajes centrales del relato son los miembros de una familia de clase media: el padre maduro, la esposa, los hijos adolescentes y una más jovencita, su casa en un barrio cualquiera de Buenos Aires, el comercio que manejan, la novia luego esposa del joven Alejandro. En otras palabras, una familia como casi cualquier otra.

Y esa familia, encabezada por Arquímedes Puccio, se diferencia porque comienza sus andadas durante la siniestra dictadura miliar en los 70-80. Y el padre medra trabajando en el departamento de seguridad de ese oprobioso régimen. O sea, es un hombre importante, pero, sobre todo, es un hombre con poder.

‘Lejos del mundanal ruido’

En el presente caso tenemos que aclarar que eso de “hermosa, aguda y moderna” no se refiere única y exclusivamente a esta película de Thomas Vintemberg (La caza), sino también a la novela de Thomas Hardy.

Porque, muy a pesar de ser una obra escrita en el siglo 19, las incidencias que ofrece y, sobre todo, las características psicológicas de sus personajes están muy por encima de lo que era una incipiente clase media en la Inglaterra de ese entonces. Si se piensa en el personaje de Bathsheda Everdene, sobre todo, una joven dueña de una pequeña finca que se siente atraída por un pastor del rebaño de su vecino, que prácticamente se lo deja saber pero que, de todos modos, prefiere continuar con su vida de soltera, que luego, reclamada por un vecino rico, también le desprecia en una época en la que era normal que una mujer soltera se entregara casi al primer solicitante porque ninguna quería quedarse a vestir santos, no es común, sobre todo cuando luego sufre un arrebato pasional inesperado y da un mal paso, rompiendo con su conducta “normal”.
La historia de Bathsheda es hermosa, en la literatura y en el cine. Vinteberg vuelve a sus escenarios de “La casa”, la campiña, la tranquila belleza de las llanuras enfrentada a las pasiones que se mueven en el interior de los hogares.

sábado, 26 de septiembre de 2015

‘Todo incluido’ como los relojes

Hace unos días leí un reportaje muy interesante: los suizos, que llevan décadas haciendo los mejores relojes del mundo, de buenas a primeras se vieron atacados por los orientales que se dieron a fabricar relojes de cierta calidad pero a precios mucho más reducidos que las maravillas suizas. Pues los creadores de esa nación, unidos, decidieron entonces crear una nueva marca no de tan tremenda calidad como sus famosas marcas, buenos, pero a precios que pudieran competir con los orientales. Así surgió “Swatch”, ahora famoso en el mundo entero y de gran venta.
Pero los orientales no se quedaron quietos: decidieron entonces “crear” una enorme cantidad de relojes idénticos a las grandes marcas suizas, pero con maquinarias de muy escasísima calidad: así, usted podía comprar un “Rolex” por 20 o 30 dólares.
Eso lo narramos para establecer un simple símil con el cine en nuestro país. Aquí tenemos unos cuantos directores de cine que hacen películas, no todas muy buenas, pero, de todos modos, tratando de hacer cine.
Pero, al igual que los falsificadores, que no hacen relojes de calidad, ni los mejores ni los que les siguen, una buena camada de “directores” han descubierto que es más fácil hacer mucho dinero haciendo algo que ellos llaman “cine” pero que no es más que burdo remedo.
De esa manea, cada seis o siete meses se despachan con sus “Rolex” de $30 repletos de patrocinadores y se forran llevando al cine a miles de incautos que se tratan esos disparates cual si fueran cine.

Perfecto ejemplo: “Todo inluido” que, por supuesto, incluye la más dilatada sarta de despropósitos que hayamos encontrado en una sala de cine en años, solo comparable con otras “obras” del mismo autor o con mojigangas de otros.


‘Pasante de moda’, sí, se pasa, pero de ñoña

Se hace evidente que no todo puede ser como el vino, que es mejor mientras más añejo. Robert de Niro, uno de nuestros favoritos durante años y años desde que le vimos en “El Padrino 2”, hace años que ya no es más que una pobre imitación de sus apariciones en los 70 y 80.
Y no es que su personaje en este filme, Ben Whitaker, esté mal interpretado, sino que, con toda certidumbre, podríamos apostar que él no hubiera aceptado ese personaje durante aquellas primeras décadas. Porque ese Ben es un pequeño cliché mezcla de docenas y docenas de personajes de los cuales está repleta la historia del cine: el tipo bueno que se las sabe todas y que ayuda a los demás en sus pequeñas tribulaciones.

Porque, precisamente, eso es lo que cuenta la película, ”The Intern”: las bobas tribulaciones de una chica, Jules Ostin con la empresa supermaravillosa que ha  creado y dirige y con  su también maravilloso esposo, tribulaciones que ella no puede resolver si no es con la ayuda del genial Ben.

domingo, 20 de septiembre de 2015

‘Everest’, es impresionante

Sí, en efecto, podemos decir que este filme, “Everest”, obra del realizador islandés Baltasar Kormakur, es impresionante. Pero, de inmediato, hemos de aclarar el por qué empleamos semejante adjetivo.
Es que, aunque la historia no deja de ser interesante, lo que sí nos parece “impresionante” es lo que vemos, independientemente de esa historia.
Porque, para su suerte, el Sr. Kormakur fue escogido para dirigir esta historia real filmada en el muy llamativo sistema “Imax”.
Y entonces, cuando vemos las reales montañas del Tibet, cuando vemos las fantásticas cimas de esas montañas, cuando nos enfrentamos a la inmarcesible altura del Everest, sus laderas barridas por la ventisca, las avalanchas, los precipicios, en 3-D y en Imax, eso no puede dejar de resultar impresionante-
Claro, ahora nos van a decir que se trata de ficción aunque se esté narrando algo que en verdad sucedió, que eso es escenografía.
Depende: cuando se rueda con los intérpretes, quién diablos sabe dónde estaban, a lo mejor todo el tiempo en las faldas de alguna de esas montañas de la cordillera, pero a poca altura y con peligros perfectamente bien simulados. Lanzar ráfagas de viento y nieve es pan comido para una productora que se respeta. Pero las tomas aéreas que se hacen de las majestuosas montañas son reales y eso es lo que nos resulta impresionante, y su “aleación” cinematográfica con las tomas con actores y actrices funciona a la perfección.
Todo lo que se cuenta sucedió en verdad, insistimos, en 1996, cuando escapar el Everest, empresa muy muy arriesgada intentada hasta ese entonces por verdaderos alpinistas profesionales se convirtió, de buenas a primeras, en negocio turística: por una elevada suma de dinero, empresas de viajes llevaban a turistas a escalar el Everest tal y como si fueran a Bávaro o a Machu Pichu.

http://www.listindiario.com/entretenimiento/2015/09/19/388740/everest-es-impresionante

‘Buscando un Hogar’

Eso de “Buscando un hogar” es un titulillo ñoño y huero. En realidad, este film del húngaro Kornel Mundruczo se titulada “White God” (Feher istem en su idioma) y, cuando en el subtítulo escribimos “Haciendo cine con...” lo que deseamos implicar es que estos cineastas sin muchos recursos económicos, como los latinoamericanos, como muchos orientales, andan a la pesca de historias diferentes por completo a lo que nos tiene acostumbrado el cine que más vemos por estos lados, el de Hollywood por dos razones: precisamente por ser diferentes y, además, por resultar más económicas en su producción.
Y “White God” es muy, muy diferente. Porque aunque parte de la relación normal de una niña de 13 años con su perro Hagen, cuando ella tiene que quedarse a vivir unos meses en casa del padre porque su madre divorciada tiene que ir a un trabajo fuera del país, cuando resulta que el padre, incómodo por tener que hacerle un favor a su ex, no obtempera con el deseo de Lili de tener al perro con ella y él lo abandona en medio de la calle, lo que se desata a continuación no es una historieta de cariño perdido y desconsuelo de parte de Lili sino toda una extraña, impresionante y simbólica rebelión de Hagen como líder perruno enfrentado a quienes de una u otra manera abusaron de él y de todos los demás perros que le acompañan.

sábado, 12 de septiembre de 2015

‘Algún lugar’

En efecto, muchos lugares, porque esta historia es un “road movie” que cuenta como un trío de amigos adolescentes que parten un mal día de su pueblo para darle prácticamente la vuelta al país: desde Santiago pasando por Sosúa llegando a Samaná, pasando a Santo Domingo y arribando a Pedernales, y apenas mencionamos esas localidades para no cansarles con el detalle de todos los lugares donde pernoctan o se detienen por H o por R.
Es un recorrido que apenas dura (diegéticamente) 71 minutos, pocos minutos, pero sí los suficientes para aburrirnos un rato.
Porque, un consejo a los guionistas: si se trata de eso, una “road movie”, si se trata de jóvenes que se andan buscando a sí mismos, si saben que por el camino tendrán que detenerse en buen número de oportunidades, pues lo más elemental es hacer hasta lo imposible por ofrecer escenas que tengan cierta enjundia, que nos dejen algo a la vez que le dejen a los chicos, incidentes que marquen sus vidas de una u otra manera.

Y, primero, hacer el tal recorrido en un auto algo destartalado que se le daña par de veces, meterse en ese mismo auto por un camino de tierra que no conocen, abandonar luego el carro yéndose en bote tal y como si de riquitos se tratara, encontrarse en una “voladora” con  un sermoneador político soltando tonterías,..


http://www.listindiario.com/entretenimiento/2015/09/12/387829/algun-lugar

‘In/Mortal’ No basta con una buena idea

Todo parece indicar que alguien, tal vez un oficioso vecino, le soltó en medio de una sesión de “hot dogs” en el patio de su casa esa buena idea a un guionista catalán no muy experimentado y sí muy ambicioso: la de que un personaje de gran importancia, y millonario, como es natural, estando en trance de muerte, se entera de que existe un laboratorio que nadie conoce y que, vaya, tiene un sistema infalible para prolongarle la vida.
Y el personaje, como también es natural, comienza dudando de la falibilidad de idea tan rocambolesca. Pero, cuando le empiezan los gorgoritos que indican que el asunto del casi seguro ataúd en su camino, y pensando que unos cuantos (o muchos) millones de dólares no son nada del otro mundo para él, sobre todo después de muerto y enterrado, decide probar y contacta al doctorcito Albright al cual, muy serio, le dice: “Vamos a hacer el asunto, pero, eso sí, el dinero lo entrego después que se vea el resultado del ‘experimento”.
Y lo hacen, y así, entonces comienza “Self/Less”, del director hindú Tarsen Singh, con el guión escrito por los hermanitos Pastor, Alex y David Pastor.
Ahora bien, todo parece indicar que la combinación de la India con Cataluña aunada a intérpretes norteamericanos, ingleses y latinos, es algo explosiva.

Y otro “detallito” que olvidaron los Pastores es que a los productores norteamericanos no les interesa sobremanera la ciencia, y sí la acción.

sábado, 5 de septiembre de 2015

'Esta chica es un desastre'

Y la tal chica, la de verdad, Amy Schumer, la que hace la Amy de la película, es también la autora del guión, que es lo mejor que tiene  “Trainwreck”, y es la historia de una chica cuyo padre, al separarse de su madre, dio una explicación a las dos hermanas, Amy y Kim, cuando eran niñas, que es una joya de argumentación y de secuencia, con lo cual el filme arranca con buen pie desde sus primeros minutos.
Amy sigue al pie de la letra los consejos destartalados del padre: la monogamia no es un asunto realístico.
Por eso ella, en tanto su hermana Kim se casa con un chico que ya tiene un hijo pequeño y ella misma está embarazada, lo único que persigue en la vida es trabajar (y tiene un buen trabajo), beber, fumar marihuana y acostarse con el primero que se le atraviese.

Desde ese punto de vista, sin ser exhibicionista, el filme de Jud Apatow es, aparte de agradable y simpático, bastante liberal: Amy lo hace repetidas veces aunque quienes más enseñen sean sus parejas. Además, cuando anda con alguno de sus amantes, muy especial- mente con el fuertote Steven, los diálogos son picarescos, atrevidos y graciosos, como lo son más adelante cuando ella, al hacer su trabajo, entrevista a Aaron, que es doctor especializado en medicina deportiva.

Los 33. Grandes problemas, poca intensidad dramática

Como bien dice la promoción, ¿Quién no estuvo al tanto, minuto a minuto, de las particularidades del proceso de los 33 mineros chilenos atrapados a una profundidad de 700 metros en una mina del Alto, Atacama, en Chile?
Todos, absolutamente todos vivimos la secuencia de esos hechos y, de paso, personas como nosotros sabíamos a ciencia cierta que de ellos habría de surgir una película.
Y aquí la tenemos, con un reparto que incluye figuras de varios diferentes países incluyendo, por si las moscas, algunos chilenos.
Como también rezan unas palabras de entrada del filme, miles de mineros mueren cada año en accidentes provocados por la inseguridad en las minas. Por supuesto, los propietarios quieren sacar el mayor provecho a su dinero, hacen que los mineros trabajen más y más sin importarles gran cosa la seguridad que pueda ofrecer un trabajo tan arriesgado.

Y eso fue lo que sucedió en 2010, y eso es lo que vemos en la película dirigida por Patricia Riggen.

domingo, 30 de agosto de 2015

‘Un vals para Mónica’



Lo normal, en el mundo de las historias cinematográficas, es que cuando nos dicen “vamos a ver tal película, es un biopic”, usted inquiere sobre el  tal y le dicen que cuenta la vida o parte de la vida de algún famoso, léase Beethoven, Napoleón, Bolívar, Duarte (este, con muy mala suerte), Cantinflas o Chaplin, o sea, que es alguien conocido por mucha, mucha, mucha gente.
Pero en el caso que ahora nos ocupa, “Un vals para Mónica”, se trata de la vida de una cantante sueca llamada Mónica Zetterlund, a quien no conocíamos, pero que, todo parece indicar, fue un ídolo en su país, Suecia, en lo que a jazz se refiere, y llegó a cantar en USA con personalidades del gran mundo de esa inspirada música como Bill Evans, uno de los más destacados pianistas de los años 60 y 70.
La vida de Mónica puede que no tenga tanto interés como la de algunos de los antes citados, pero no deja de ser interesante. Nacida y criada en un pequeño pueblo de Suecia, empleada en una central telefónica (no como las actuales, aquellas de enchufa y habla y luego comunica), reunía aptitudes para cantar y, como tal, hacía giras por los pueblos de los alrededores con una banda de jazz local en la cual ella y una amiga eran las cantantes. Una acotación antes de seguir: en aquellos años, quienes cantaban en jazz lo hacían en inglés, no importa de donde era la banda, si Brasil, si Japón, si España o Suecia. Y cierta vez que Mónica fue a cantar contratada a Nueva York en Navidad, en un restaurante se encontró con la sin par Ella Fitzgerald y le pidió si la dejaba cantar para ella, para Ella, y le cantó, le cantó en inglés una pieza que mencionaba Miami, a lo cual la otra le esperó: “¿Tú has estado en Miami? Y cuando Mónica le dijo que no, entonces le dijo algo que determinó la carrera de Mónica: “Si no has estado en Miami, entonces no puedes sentir lo que estás cantando; trata de cantar sobre lo que conoces”.

domingo, 23 de agosto de 2015

El agente de C.I.P.O.L.



No lo vamos ahora a negar: pasamos buenos ratos viendo “The man from UNCLE” en la TV entre los años 1964 y 1968. Robert Vaughn, como el CIA Napoleón Solo, y David McCallum, como el soviético Ilya Kuryakin se desempeñaban con cierta soltura y carisma como los dos agentes secretos de naciones enfrentadas que resolvían casos peligrosos.
Ahora, 47 años después, nos llegan otros chicos un tanto más sofisticados en sus roles: Henry Cavill (el Superman más reciente) es Solo, y Armie Hammer es Ilya, que cambia el algo esmirriado físico de McCallum por un fornido mozo propenso a ataques psicóticos.
Pero lo historia, en resumidas cuentas, no se sale demasiado del trillo surcado por las creadas por Sam Rolfe en el pasado. Estamos en 1963, Berlín está dividida en dos sectores por el famoso muro, y Solo entra a esa zona prohibida como cualquiera de nosotros iría a Villa Mella o a Honduras. La bomba atómica es el arma temida y ansiada y, como ambas potencias la tienen y en buena cantidad, resultaría imposible que se unieran para quitársela los unos a los otros. Por esa razón tiene que existir, entonces, un malo que sea peor que los rivales ideológicos, que resulta ser un italiano cuya hermanita, bonita por supuesto, es la verdadera villana del grupo, muy a pesar de las ansiedades de extorturador nazi con cara de loco simpático con su silla eléctrica propensa a averías convenientes.
http://www.listindiario.com/entretenimiento/2015/08/22/385116/el-agente-de-c-i-p-o-l-

‘Mientras somos jóvenes’

La vida es una y no podemos determinarla, parece decirnos Noah Baumbach en este filme, “While You Are Young”, así como tampoco podemos volver atrás y tratar de ser lo que no fuimos. Baumbach, el autor de la estupenda “The Squid And The Whale”, que también incide sobre los problemas intrafamiliares de gente común y corriente, nos presenta ahora a Josh, documentalista, y a su esposa Cornelia.
Ambos pasan de los 40, ambos viven más o menos cómodamente, pero la tormenta asoma: sus amigos contemporáneos les frotan en las narices a sus hijos pequeños, y ambos sufren por no haberlos tenido, pero tampoco deciden tenerlos en el presente. Además, Josh está embarrado en el documental que está haciendo, no le encuentra salida, pero además tiene problemas de dinero y se niega tercamente a buscar la ayuda del padre de Cornelia, veterano documentalista triunfador.

Nada es fácil para ellos porque de nada vale ya arrepentirse por lo que no hicieron. Claro, puede decirse, como muy bien lo expresara hace poco Inés Aizpún, que en el mundo existe todo tipo de mujeres, que no todas tienen que ser madres abnegadas, que algunas quieren ser profesionales, otras combativas, etc. Pero el problema para Cornelia es llover sobre mojado: no puede dar marcha atrás.

domingo, 16 de agosto de 2015

‘Pueto pa’mi’, eta no e' pa'mi

No, decididamente esta película no es para mí, y no lo es, primero, porque después de tantos y tantos años leyendo y escuchando música no estamos muy dispuestos a aceptar que eso que cantan Renzo Comando y Aníbal, los personajes centrales de este historieta, es, realmente, música.
Pero, además, ya dejando a un lado tales consideraciones estéticas, porque esta historia, que se supone debería ser dramática, resulta tan desabrida que apenas da deseos de alguien se levante en alguna esquina de la pantalla y grite algo como “¡hay, vamo a dejá eta vaina!”.

Realmente no se comprenden los “giros” del relato: que Aníbal empieza en Puerto Rico para poder meter a Denise Quiñones cuando él vuelve nadie sabe por qué (puede ser por morriña pura, pero no se dice), que entonces Anel (la Denise) también viene a Dominicana para que usted sepa que se van a juntar yÖamor, amor, amor. Que el Renzo anda asaltando mujeres con su amigo en un motor pero eso no es lo que quiere, pero de buenas a primeras el amigo recibe un fajo de billetes que no se sabe de dónde sale y entonces graban un CD. Mientras, Aníbal también graba y usted, amigo espectador, ya sabe que, de una u otra manera, ambos van a triunfar esplendorosamente.

‘La isla mínima’: muy buen ”thriller” a la española

Al parecer, según algunos entendidos, cuando un director español, en este caso Alberto Rodríguez, hace una película como la presente, en la cual dos detectives españoles investigan las actividades de un asesino en serie español, eso está mal porque, caramba, no están haciendo cine español sino imitando, copiando a Hollywood.
Si seguimos al pie de la letra esa teoría, entonces resulta que, como los de Hollywood se fueron adelante haciendo cine, cuando alguien, como Amenábar, hace una película de suspense, está copiando a Hitchcock, y si hacen un western a John Ford.
Pero resulta y viene a ser que cuando los del norte hacen un “thriller”, lo hacen porque en su nación hay asesinos, hay ladrones, hay estafadores, hay violadores y hay traficantes de drogas y violadores, o sea, el elemento humano necesario para eso del de hacer el tal tipo de cine.
Y, decimos entonces, en Inglaterra, en Francia, en España, en Argentina, en México, y hasta en nuestro propio país, ¿no tenemos (por desgracia) todos esos elementos? Por supuesto que los tenemos, y si los tenemos, ¿por qué carajos no podemos llevarlos a las imágenes?

Parece ser que para hacer cine los españoles tienen que seguir haciendo lo mismo que Saura, que Berlanga, que Buñuel y demás, o sea, que no pueden salirse del trillo de sus mayores, que tienen que seguir siendo “castizos” y olé.

sábado, 8 de agosto de 2015

‘Conducta’

Vimos este filme cubano con guión y dirección de Ernesto Daranas hace ya algunos meses, razón por la cual nuestro análisis no es tal, es pura memoria.
Sí recordamos que nos gustó, que la historia de ese chico de 12 años en La Habana, Chala, es interesante, pero que apenas se distingue de otros filmes con historias sobre niños problemáticos en que este, por supuesto, es cubano, y sus problemas, por esa razón, difieren un tanto de otros chicos en películas europeas o norteamericanas.
Pero, insistimos, niños con madres dipsómanas, pobres, casi todo el tiempo en la calle, son cosa común en el cine.

Pero, eso sí, Daranas la escribió a conciencia porque conoce su país y a sus niños y, como es cosa normal en el cine cubano, las alusiones a la podredumbre del régimen abundan y no demasiado solapadamente. Armando Valdés Freire, el chico que hace de Chala, lo hace muy bien, pero el personaje que se luce es el de la maestra veterana que lucha por sacar a esos niños del agujero en que viven, agujero por su pobreza, agujero por su escape de la vida normal, por el negro destino que le espera de seguir el camino que lleva; Alma Rodríguez es estupenda como Carmela.

‘Donde el corazón te lleva’

“Black or White” tiene guión y dirección de Mike Binder. Realmente, nos equivocamos porque viendo los avances creímos que era otra historieta para adolescentes inmaduros de esas que están de moda.
Pero no: es peor. Quiere ser un filme que grita contra el racismo, pero no es más que una chulería boba de la cual se van a burlar los sañudos fanáticos.

El abuelito bueno (Kevin Costner, otro que acepta su edad) que sufre y bebe como cosaco porque primero pierde a la hija amada y luego a la esposa amada, y no quiere perder a la nieta amada.

Los 4 Fantásticos: estruendosa … y vendrán más

Por supuesto que es estruendosa. En verdad, este tipo de aventurillas creadas por la mente $$millonaria$$ del señor Stan Lee son las precursoras, las que dieron origen real a ese nuevo sonido capaz de reventarte los tímpanos si te toman descuidado: el Dolby-Atmos, una especie de sono-show que es apropiadamente anunciado un par de veces durante la interminable tanda de comerciales como una especie de preludio y advertencia a lo que habrá de venir.
Ahora bien, si nuestro único problema con estos “fantásticos” (por toda esta introducción habrán ya colegido que no es mucho lo que tenemos que decir sobre ellos) fuera el sonido, entonces podríamos felicitarnos.
Porque resulta que esta historieta es apenas la introducción de esa muy extensa serie que habrá de caernos durante los próximos años para felicidad de ese Lee ya multimillonario, y que, como fieles asistentes a las salas de cine todos los jueves, habremos de engullirnos porque son plato principal de millones y los nuestros no son diferentes a los demás.
Sobre la historia que cuenta esta versión, viene siendo, en puridad, lo mismo que vieran en 2005, cuando se hizo aquella que vimos pero que, para hacer espacio con otros contenidos más estimulantes, sacamos a la fuerza de nuestro cerebro, por lo cual, y podemos jurarlo, no recordamos ni un par de minutos.

sábado, 1 de agosto de 2015

‘Misión: Imposible-Nación secreta’

Hace unas cuantas semanas, en el programa “Cineasta radio”, hablábamos sobre parodias en el cine, y un oyente intervino opinando que, para él, las películas de James Bond, todas ellas en términos generales, eran parodias.
Con delicadeza le especificamos que, buenas o malas, esas cintas no podían ser calificadas como parodias porque las historias que narran son, aunque exageradas todas en sus aventuras e incidentes, tomadas y presentadas muy en serio: por ejemplo, no puede ni soñarse que una escena en la cual a Bond le golpean por sus partes con un látigo terminado en bolas metálicas puede ser tomada con algo risible.
Si lo piensan un poco, todas estas películas que devienen de la popular serie de TV “Misión imposible”, creada originalmente por Bruce Geller, ofrecen el mismo estilo, la misma tesitura de las de Bond.
Sin embargo, se nos hace difícil recordar alguna de las más de 20 del 007 que haya ofrecido tantos detalles tremendamente inauditos como las de Ethan Hunt.
Y, si vamos a comparaciones entre estas mismas, la presente, “Mission: Impossible-Rogue Nation”, es, muy probablemente, la más estrambótica en sus planteamientos.
¿Por qué razón se exagera tanto? Pues la respuesta es relativamente sencilla: cuando usted hace una cinta de acción con un héroe en particular, a través del relato ese personaje acomete numerosas hazañas que le colocan siempre al borde del colapso, de la extenuación, de la misma muerte. Son acciones exageradas, muy distantes de las capacidades de un ser normal. Eso es empezando.

‘La dama de oro’

Esta historia parte de la vida real: durante los años aciagos de la Segunda Guerra Mundial, los nazis barrieron de todos los países que quedaron bajo su férula con cientos y cientos de formidables obras de arte, esculturas y pinturas. Se las llevaban, por supuesto, de los museos, pero también de las residencias particulares. La idea era construir en Berlín un gigantesco museo en honor a Hitler.
Pues “La dama de oro”, además de ser el título de este film, es también una valiosísima pintura original de Gustav Klimt que, originalmente, era propiedad de la familia judía Altman, cuyos miembros, casi todos, fueron aniquilados durante la conflagración o en los campos de concentración.

Y el relato cuenta cómo Maria Altman, nieta de los propietarios originales, se moviliza para recuperar esa pintura titulada realmente “Portrait of Adele Bloch-Bauer”, ya en los años 2000, trasladándose a Austria con su abogado, Randy Schoenberg, y ayudada en Viena por Hubertus Czemin, un periodista acucioso y esforzado.