sábado, 30 de agosto de 2014

“Tortugas Ninja”, quelonios héroes

Como nos recordara Patricia, lo único que se pudo mencionar como ventaja del estreno en 1990 de la primera versión de estas “tortugas” fue que pusieron a los niños de entonces a degustar las pizzas preferidas de los tales bichos.
Alguien dijo que hizo que alguna gente se interesara por personajes de la cultura clásica como Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Donatello o Rafael, pero mucho lo dudamos.
¿Cuál puede ser, entonces, la diferencia entre aquella y la presente? Pues, en resumidas cuentas, dos aspectos que no tienen nada que ver con la calidad per se de ambas películas: primero, por supuesto, que cambiaron la historia hasta cierto punto y, segundo, que ahora los efectos especiales son más depurados, pero, sobre todo, más estruendosos.
Como tantas otras veces, salimos de la sala de cine antes de terminar la cosa ésa que estábamos viendo. Tanto nosotros como todos los demás que estaban viendo el asunto sabían desde el principio cómo iba a terminar el desaguisado.

“En la tormenta”

El jueves es el día de estrenos en nuestro país. El jueves es, entonces, un día que, por fuerza, tenemos que esperar para atisbar lo que aparece y poder entonces comunicar los resultados de ese “brecheo” en las salas de cine de Santo Domingo, con Guzmán en retiro forzoso por impostor.
El jueves es entonces, también, un día que, en algunas ocasiones, nos introduce de lleno dentro de la euforia de disfrutar de una que otra gran película.
Como recordarán quienes leen esta columna (que espero sean más de dos docenas: podríamos citar por docenas las veces que nos preguntan por nuestras apariciones en la TV, pero escasas, más que escasas las veces que me han preguntado por esta página del Listín que cumplió en este caluroso y lluvioso mes 51 años, aunque, se aclara, no todos esos años han sido en este diario), hace poco expresamos gran satisfacción por haber visto la primera película hecha en Singapur, “Ilo Ilo”, y también por haber visto “The most wanted man”.

sábado, 23 de agosto de 2014

"Líbranos del mal"

Líbrennos de las bobadas        
Este es el tipo de películas perfectamente predecible. Desde el instante en que aparecen un sargento casado felizmente, un cura “atípico” que fuma y bebe pero que es más bueno que un pan sobao con jamón y queso y, frente a ambos, un misterio que se va ramificando poco a poco y que ofrece tintes “misteriosos”, ya puede apostar peso a cabo’e túbano (frase hecha que denota nuestra edad, ¿cierto?) a que los dos pimpollos se van a unir contra el mal, y que el mal viene del sospechoso habitual en estos casos.

¿Qué todavía no saben quién es el sospechoso? Vayan, andan más perdidos que el hijo de Linbergh (ratificamos lo de nuestra edad proyecta con esta otra frasesita). Pues, caramba, qué fracaso, si no es otro que el mismo demonio, el diablo, Luzbel, Belcebú, satán, o sea, ese a quien aquellos que no quieren o no se atreven a señalar como causantes de la maldad porque son de verdad, de carne y hueso y se pueden desquitar, pues le echan todas las culpas de todo lo malo, funesto y horrible que sucede.Con todo este exordio queremos (aparte de rellenar porque  tanta tontería no nos ofrece mucho material para inspirarme) decir que este filme está repleto de los clichés más resobados que puedan imaginar, aparte de gazapos que brincan por todas partes.

Por ejemplo, estos señores poseídos no solamente son diabólicos, sino que su satanismo les confiere poderes diversos como pueden ser lanzarse por una ventana y caer pero no despatarrado sino muerto de risa.

‘Los Indestructible 3’ y vendrán veinte más

The Expendables”, la primera, la original, fue tremendo fiasco.  La segunda, por si acaso, fue mucho peor. El problema con Hollywood es que, como por estos lados (copiamos hasta lo peor), es que si un clavo hace dinero, antes de que pasen dos semanas del estreno ya están escribiendo el guión (hay que llamarle de alguna manera a eso que escriben) de la secuela.
Y ahora, por supuesto, tenemos en las narices la tercera.
Y alguien que tenga que escribir por obligación, como nosotros, se queda entonces con un palmo de narices porque, traten de imaginar, si de la anterior no nos salía nada porque es una birria, ¿qué decir entonces de esta especie de estruendosa mojiganga?
Usted está viendo lo que va sucediendo, les ve llegar a los famosos a Mogadiscio, desbaratar media ciudad a tiros y bombazos, no lograr lo que se suponía debían hacer pero, increíble, salir de esa ciudad, de ese país independiente con un gobierno y todo, tan frescos y felices como si se hubieran pasado un fin de semana en un hotel de playa.
O sea, que a nadie le importó lo que sucedió, aunque fuera todo un desastre con por lo menos dos docenas de muertos.

‘Dos Vidas’ es mucho mejor

Vimos este film de Georg Maas y Judith Kaufman en la Muestra Internacional hace ya buenos meses; no pudimos verla ahora de nuevo para recordar detalles, porque, por desgracia, no nos es posible ver tres películas en diferentes cines un jueves.
Pero, de todos modos, lo que sí podemos hacer es recomendarles este filme porque es muy interesante y, por supuesto, si lo colocamos al lado de los otros dos mencionados, es algo de la noche a la mañana.
La trama nos cuenta sobre algo que fue frecuente en países que estuvieron ocupados por las tropas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial, en especial en Francia y en Noruega: lo que sucede a mujeres que tuvieron relaciones con soldados invasores.
Algunas de esas mujeres lo hicieron para sobrevivir, otras, simplemente, se enamoraron, pero sobre todas cae el estigma de sus conciudadanos y, en el caso de Katrine Evensen es más complicado porque, cuando se investiga el caso, hay personas en Noruega que no desean que el caso salga a la luz porque les perjudica y ejercen presión sobre Katrine para impedir que testifique. Aparte de ello, Ase Evensen, el esposo de Katrine, no estaba enterado de lo sucedido a su esposa.

sábado, 16 de agosto de 2014

‘Un lío en dólares’ Un Indio que progresa

En efecto, Francis Disla, conocido por muchos como “El Indio”, nos hizo pasar un rato desolador cuando vimos su “Hoyo del Diablo” hace un par de años, porque no fue el Diablo quien se fue por el hoyo sino sus guionistas que crearon una historia estrafalaria y repleta de eso, de hoyos.
Pero ahora, no hicimos más que ver el comienzo de “Un lío en dólares” y pusimos buena cara: es la primera vez en todo lo que hemos visto del cine dominicano que encontramos un diseño de títulos tan bien logrado, en especial porque, en ese renglón específico, nunca se había hecho nada que no fuera poner los nombres de actores y técnicos.
Pero, además, como sucedió con “De pez en cuando”, en esta oportunidad no se anda con los chistes de velorio y con los personajes sin ton ni son: aunque no sean maravillosos, sí hay creación de personajes y sí encontramos una comicidad que reside sobre todo en las situaciones que se plantean.
Porque todo va, en lo que a planteamiento de guión se refiere, a la idea de un trasiego de valiosos diamantes desde Santo Domingo a New York, para lo cual se valen como mula de un ingenuo infeliz a quien le consiguen el pasaporte y la visa para que vaya a conquistar el sueño americano, deseo ferviente del 90% de los criollos.

“Guardianes de la galaxia”: super héroes simpáticos

        Que guardemos en la memoria, nos parece que apenas contar hasta 6 las películas sobre super héroes que nos hayan gustado. Y eso sucede porque, a nuestro modo de ver las cosas, quienes las hacen al parecer tienen en mente los gustos de los fanáticos de dichos justicieros que, evidentemente, les parecen formidables en su misión de salvarnos a todos hasta de la chikun o el ébola.
Pero nosotros estamos hasta la coronilla de que nos salven de mentirijillas, sobre todo porque muy bien sabemos que mientras más nos salvan, peor estamos en la vida real, que es donde en realidad bien necesitaríamos salvadores.
Pero, precisamente es esa la razón por la cual pasamos un buen rato viendo “Guardians of the Galaxy”, porque, a pesar de su abrumadoramente triste introducción, que nos puso la piel de gallina previendo el desastre, luego ya desde los títulos comienza la guasa, se inician las alusiones a otros films populares (Footloose, 1984), se hace mención de intérpretes (Kevin Bacon), y se provocan situaciones ingeniosas en las cuales los héroes ganan batallas o enfrentamientos individuales de manera poco ortodoxa o más que fantasiosa.

sábado, 9 de agosto de 2014

“Ilo Ilo” realista y hermosa

A pesar de nuestra atrabiliaria memoria, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que esta es la primera película hecha en Singapur que hemos visto.
Y, para ser la primera, es todo un regalo a la vista, al oído, al intelecto.
Con todo ello no queremos significar que se trata de una historia de corte intelectual a través de la cual vamos a descubrir nuevas concepciones sobre el ser humano. Por el contrario, es un relato sobre la vida normal y sencilla de seres humanos normales y sencillos.
La familia Lim está compuesta por el padre, Terk, la madre, Hwee, el hijo de diez años, Jialer. Son clase media, ambos padres trabajan, el chico es travieso en exceso y tiene problemas en la escuela. Como Hwee está embarazada, se traen de Filipinas a Terry, para que atienda al chico y la casa.
Nada del otro mundo, algo que podría suceder en cualquier parte del mundo, muy en especial en nuestro país donde son tantos los haitianos y haitianas que vienen a trabajar por la muy sencilla razón de que su nivel de vida es inferior al nuestro. Incluso, la familia, o sea, los nacionales de Singapur, habla su idioma y la filipina Terry otro diferente, y se entienden solo en inglés.
Y, como también podría suceder en cualquier parte, la situación va tornándose agria para la familia porque esta historia se desarrolla a fines de los 90, cuando una tremenda depresión económica se abatió sobre la región y vemos como van sucediéndose los despidos en la empresa para la cual trabaja la madre, y lo que sucede con el padre.
Pero lo interesante de este drama cotidiano es como maneja el director y guionista Anthony Chen la situación, como mueve los hilos conductuales dentro de ese reducido grupo de cuatro personas, como va manejando el comportamiento de sus personajes para producir esa sensación de malestar que ensombrece minuto a minuto la vida de todos ellos

“El hombre más buscado”

Se puede decir que “A most wanted man” es, en comparación con “Ilo Ilo”,  el reverso de la medalla: lo que es sencillo en la de Singapur, es complicado en la presente. La primera no requiere de complicaciones ni de gastos, la de Corbijn precisa de una puesta en escena que precisa de gran gasto.
Pero, ojo, no queremos decir con esto que la primera sea excelente y la presente floja. No, Anton Corbijn es un holandés que sabe hacer cine, es el autor de la estupenda “The American”, uno de los pocos “thrillers” que hemos visto enfocados desde un punto de vista sicológico y con una ambientación fabulosa en un pequeño pueblo europeo.
Y ahora, este señor vuelve a enfocarse en la sicología de sus personajes. Aunque basada en un “best seller” de John Le Carré (que no hemos leído), podría jurar que el escritor hizo más énfasis en la acción y en el suspense que Corbijn en su film. Porque todo en este relato apunta en dirección a Gunther Bachmann, cabeza de una organización antiterrorista alemana secreta, y luego sobre Annabel Richter, abogada, e Issa Karpov, emigrante ilegal en Alemania, checheno por parte de madre, ruso por parte de padre, terrorista asesino y millonario.

Armando Almánzar, un literato poco común

El periodista, cuentista y crítico de cine habla sin tapujos, como su personalidad demanda, en esta entrevista con LISTÍN DIARIO

Saiury Calcaño
Santo Domingo

Pensar en Armando Almánzar Rodríguez es acoplar literatura y cine, no como un arrastre de un arte con otro, sino como dos vocaciones bien diferenciados dentro de un mismo ser.
“Limites” y “El gato” son sus cuentos por excelencia, por tanto como escritor es considerado uno de los cuentistas más prominentes.  Merecedor del primer lugar en el concurso de cuentos de Casa de Teatro en 1977 con el libro Infancia feliz y el Premio Nacional de Cuento en 1996 con Marcado por el mar, además es Premio Nacional de Literatura en el año 2012.
Sus críticas de cine no se hacen esperar, son transmitidas a través de todos los medios de comunicación, estas han marcado una trayectoria  del séptimo arte tanto dentro como fuera del país.
UNA MIRADA MÁS PERSONAL
¿Desde qué edad le interesa la literatura y el cine?
Desde tan pequeño que ya lo he olvidado, aunque, claro, primero fue la literatura.
De todos los premios que ha recibido, ¿Cuál ha sido el más significativo para usted?
Cuando me dieron el Primer Premio del concurso de La Máscara por “El Gato”, la impresión fue rotunda porque venía de manos del profesor Juan Bosch.