sábado, 31 de enero de 2015

‘Dos días, una noche’

Jean Pierre y Luc Dardene, cineastas, directores y guionistas de su cine, un cine, por lo que podemos apreciar, muy particular, muy diferente a lo que acostumbramos a ver por estos lados tan alejados, hasta cierto punto, de las manos de Chaplin, de Welles, de Wilder, Fellini o Renoir, para solo citar unos pocos nombres.
Ellos nos ofrecen ahora una historia descarnada, por completo alejada de los cánones comerciales en uso, en la cual, para cumplir con tal idea, incluso una actriz consagrada y hermosa, Marion Cotillard, hace el rol de una empleada de una empresa, una obrera, tal vez especializada, pero obrera en fin.
Y, claro, si la obrera hubiera sido una actriz de Hollywood, nos hubiera deslumbrado con su belleza y con sus formas. Pero la Cotillard se pasa 94 minutos vestida de la manera más corriente, sin maquillaje, y su personaje, esa Sandra que lucha por su existencia como esposa y madre de familia, en un estado depresivo casi total, dando indicios, por momento de que lo único que desea es rendirse, echarse en  la cama a esperar lo peor.

‘La teoría del todo’, estupendo film

Como les decía al terminar de ver “The Theory of Everything”, casi todos, al hablar de candidatos al Oscar al mejor actor, mencionaban a Michael Keaton. Ahora, nada dudaríamos en que triunfe este jovencito prácticamente desconocido, Eddye Redmayne, porque eso que ha logrado, caracterizando a Stephen Hawking, es no simplemente excelente: es magistral, pocas veces acaecido.
James Marsh, trabajando sobre el guion de Anthony McCarten, basado en el libro de Jane Hawking, nos ofrece este biopic sobre el genio de la física moderna, Stephen Hawking, sin estruendos, sin adornos, pero de manera tan efectiva que nos sacude de pies a cabeza.
Claro que lo que sucede con este personaje es intensamente doloroso, pero si no es por ese manejo tan espléndido en combinación de la suave cadencia de movimientos de la cámara de Benoit Delhomme con la más que adecuada partitura de Johan Johansson, no creemos posible que se hubiera podido alcanzar esa decidida y pasmosa cascada de imágenes profundamente conmovedoras.
Es la edición con que se maneja Marsh lo que nos hace sentir de manera vibrante el drama terrible de un hombre enfrentado a la adversidad, pero, de todos modos, decidido a triunfar contra todos los obstáculos.

sábado, 24 de enero de 2015

American Sniper: “El francotirador”

¿Recuerdan “Born on the fourth of July”, de Oliver Stone? En ese estupendo film, Ron Kovicz, el personaje central, se hace soldado para defender a su patria del comunismo en Vietnam, y regresa en silla de ruedas. Y arrepentido, nos hace ver a todos lo que significa la propaganda a favor de la guerra.
Ahora, Chris Kyle, joven vaquero texano, crece imbuido de las ideas “puras” de su padre en relación a la conducta ante los demás, y luego, arropado por la oleada panfletaria de ideas retrógradas de Bush y su camarilla, se enrola en los “Seals” para combatir en la sucia guerra de Irak aprovechando su experiencia de niñez como cazador de ciervos.
O sea, son casos similares, la diferencia estriba en que el primero sufre un daño físico, en tanto el segundo recibe un daño mental que lo convierte en un adicto a la lucha, algo parecido también al William James de “The Hurt Locker”, el film de Kathryn Bigelow de 2008: se acentúa la semejanza en que ambos son “especialistas”.
Eso es lo que encontramos de muy interesante en el planteamiento de Clint Eastwood, porque para nosotros el personaje vive no solamente inmerso en esa forma de ser, de pensar y de sentir, sino que el final de la historia viene dado precisamente en ese mismo sentido por obra y gracia de otro cuya mente ha sido tan dislocada como la de Kyle por el impacto de la violencia, la ansiedad y la muerte.

“Inquebrantable”: Interesante, bien hecha

Todo demuestra que Angelina Jolie tiene, en la actualidad, más cerebro de lo que parece. Ella fue la promotora de esta historia real de Louis Zamperini para llevarla al aire, y ella fue la que procuró una ayuda inapreciable: Joel y Ethan Coen como guionistas.
Y ese mencionado señor, Louis Zamperini, hijo de emigrantes italianos por allá por los años 30, chico díscolo y descarriado mofado por sus compañeros de barrio y clase por su ascendencia, cuando logra, gracias a su hermano mayor, lo que habría de ser su destino, ser corredor de larga distancia, a la vez descubre algo más importante aún: que si logra aguantar, soportar la adversidad, podrá triunfar.
De esa manera participa en las olimpiadas de Berlín, pero su carrera queda trunca al surgir la Segunda Guerra Mundial, es entonces parte de la tripulación de un bombardero, luego queda aislado en medio de la inmensidad del Pacífico junto a dos compañeros y, finalmente, prisionero de los japoneses.

sábado, 17 de enero de 2015

‘St. Vincent’ agradable y bien actuada


Hace poco más de un mes se estrenó “And so it goes”, comedia de Rob Reiner, que cuenta sobre un viudo amargado, su amable vecina y una nieta que le endilgan en contra de su voluntad.
Ahora, un poco más nueva, pero se cuenta una historia que es casi idéntica. Porque ahora, en “St. Vincent”, de Theodore Melfi, Bill Murray es un esposo amargado cuya esposa padece Alzheimer, tiene una vecina con un niño pequeño que él, Vincent, se va a encargar de cuidar.
Entonces, sí, claro que se parecen y mucho.
La diferencia reside en la calidad en todos los sentidos: Michael Douglas exagera su personaje, sobreactúa, Diane Keaton es desabrida y la niña no vale un pepino.
Ahora, Bill Murray está muy bien como el gruñón Vincent, su problema es más sensible y mucho más creíble; Melissa McCarthy no actúa por gorda, actúa y ya, y lo hace bien, y el niño, Jaeden Lieberher, bastante parecido al McCaulay Culkin de hace una eternidad, es un buen personaje y lo hace bien

‘El séptimo hijo’, brujas, brujos y aburrimiento


En una muy lejana época, un brujo llamado Gregory es un brujo bueno, y una bruja llamada Malkin es una bruja malvada. El brujo bueno siempre busca nuevos ayudantes en familias que han tenido 7 hijos, porque, según el manual de brujería, esos, los séptimos, son los más fuertes y hábiles.
El brujo bueno de todos modos es malo y sanguinario, pero como la Malkin y todas las demás (menos una joven y bonita para que se enamore del Tom Ward séptimo y ayudante, que es bueno pero no sanguinario) son más sanguinarias, entonces el bueno lleva las de ganar porque es ayudado, además del Tom, por muy buenos refuerzos: el guionista y los encargados de efectos especiales.
A pesar de todo ello, a los 20 minutos de proyección la pregunta que nos rondaba el cerebelo era la siguiente: ¿cómo es que intérpretes de tan probada talla como Jeff Bridges y Julianne Moore se avienen a hacer el ridículo haciendo estos personajillos de pura paparrucha?

Pa’l campamento

 A ratos nos da la impresión de que en este país de nuestros desvelos, en este territorio que en ocasiones nos llega la idea de que estamos progresando (ilusos que somos), hay gente que está haciendo “cine” que jamás ha leído un cuento, una poesía y mucho menos una novela, que  no leen ni los diarios y que, encima de todo ello, ni siquiera han visto media docena de filmes de cierta calidad.
Y esa impresión nos llega cuando vemos cosas como la presente, porque nos parece, no ya que los chicos que hacen cine en la Pucamaima (eso sería demasiado pedir), sino cualquier muchacho de más de 12 años que vea este mamotreto se va a dar cuenta de eso mismo: que es un mamotreto.

sábado, 10 de enero de 2015

‘Boyhood’: Cine en su máxima expresión


En 1959, Francois Truffaut inicio una serie de 5 películas protagonizadas por un mismo personaje: Antoine Doinel, siempre interpretado por Jean Pierre Laud: “Los 400 golpes”, 1959; “Antoine & Colette”, segmento de “El amor a los 20 años”, 1962; “Besos robados”, 1968; “Domicilio conyugal”, 1970 y, por último, “L’Amour en fuite”, 1979. En esos días, aquello fue considerado una proeza y, en realidad, lo es.
Pero el texano Richard Linklater hizo tres películas con Ethan Hawke y Julie Delpy: “Before sunrise”, 95, “Before sunset”, 2004, y “Before midnight”, 2013, algo que supera al francés gracias al enfoque de dos vidas durante 18 años.
Y es el mismo Linklater quien se supera a sí mismo: “Boyhood” retrata el discurrir de vida de dos chicos reales, Mason y Samantha, nada menos que durante 12 años. Pero la hazaña no consiste en ese lapso: en realidad, lo extraordinario y tomarse el trabajo de dedicar unos meses cada cierto tiempo para volver sobre esos chicos que van creciendo pero, sobre todo, conferir a esa historia coherencia no solamente en lo que respecta a sus personajes sino en lo que se refiere a la historia que cuenta.

'Annie’


Esta desabrida comedia musical la hizo el gran John Huston en 1982 y le salió fallida por completo. Ahora vuelven al ataque, la dirige un tal Will Gluck, y resulta soporífera. 
Y es que no hay remedio, tendrían que voltearla al revés para sacarle algo porque es que “Anita la huerfanita” es una comedia musical anodina, sus canciones no tienen pegada y la coreografía es algo prácticamente inexistente porque los asomos de bailecitos no entusiasman ni al perrito de la niña.

‘La familia Belier’


Esta comedia romántica del francés Eric Lartigau, aún siendo hasta cierto punto de fórmula, de todos modos presenta detalles que la sacan de lo anodino: se cuenta lo que sucede en el seno de una familia: el padre, la madre, la hija adolescente y el hijo menor. 
Pero lo peculiar es que todos, menos Gigi, la hija, son sordomudos y, además, ella descubre que puede cantar y bien, lo cual desata un enfrentamiento entre madre e hija porque la primera hubiera deseado que su hija fuera también sordomuda. 

‘Búsqueda implacable 3’

 Mucha bulla, muchos disparos, todos dirigidos al formidable Brian Mills, muchos golpes, dados por él y recibidos por él, un show de “carritos chocones” para beneficio de los vendedores de autos usados, vuelcos con el Brian adentro y, como antes en las dos anteriores, a este señor no lo matan (ni siquiera lo hieren) ni haciéndole estallar una granada de obús dentro de un bolsillo del saco.
Para los amantes de la violencia gratuita y sin sentido, este nuevo episodio del fantástico Brian Mills será un bizcocho.

domingo, 4 de enero de 2015

Cardona...¿Vuelve!



“Cardona…¡Vuelve!” es una colección de trece cuentos protagonizados por Cardona, capitán detective de la policía nacional,  hombre demasiado honesto para tener dinero, que gusta de la buena música y  del Martini, como el autor.   
Estos cuentos representan una presecuela de "Ciudad en sombras.  Casos del Capitán Cardona", publicada en 2003 por el Grupo Editorial Norma.
Del personaje Capital Cardona, su autor ha expresado "por esa razón el Detective Capitán Cardona no puede ser un triunfador, porque, aunque los personajes de Dashiell Hammett y Raymond Chandler solucionan sus casos y, hasta cierto punto, pueden por ello ser considerados triunfadores, nuestro investigador enfrenta casos que, sin ser tan complicados como los de aquellos, no pueden ser enfrentados de la misma manera que pueden hacerlo ellos porque su entorno socio-político es por completo diferente y ello condiciona su labor."

"Cardona...¡Vuelve!, fue publicada en el 2014 por Editorial Santurario (editorialsantuario@gmail.com) donde se encuentra disponible al precio de RD$300.00 el ejemplar.




sábado, 3 de enero de 2015

El cine dominicano avanza en números, no en calidad


Sin lugar a dudas, avanzamos en materia de cine. Avanzamos, pero, por supuesto, en números, pero no en calidad.
La extraña
De todos modos, avanzamos porque, por lo menos, estamos saliendo del oscuro pozo de las comedias sin sentido, con historietas burdas a manera de guión, con algo que se presume es la dirección en ese conjunto dislocado, y con interpretaciones dignas de veladas de colegios pobres.
Avanzamos, sin gran calidad, pero surge la diversidad en las historias que se cuentan y, muy lentamente, casi de manera imperceptible, aparecen nuevas figuras en la interpretación.
Y ahora, luego del necesario exordio, veamos cuáles son esas películas mes por mes.

ENERO:
“Vamos de robo”, de Roberto Ángel Salcedo. No hay sorpresa, en el “niño orquesta” (porque lo hace prácticamente todo en sus “obras”, sigue igual: una historia endeble, actuaciones menos que aceptables y una puesta en escena anémica. Es el tipo de cine que esquivaríamos si, por obra de milagro, se estuviera exhibiendo en otra nación para no escuchar los comentarios a la salida.
“Duarte, traición y gloria”, de Leo Silverio. En una relampagueante conversación que tuviéramos con el productor de esta “película”, nos acusó de no estar a sus órdenes cuando se buscaba dinero para hacerla. Esa es la primera vez que se me acusa de no ser inversionista “patriota”. Nuestra recomendación para un futuro imprevisto: si no tiene dinero, no haga el filme, no es obligado salir entonces con semejante “producto” que casi parecía cine a ratos. 
Locas y atrapadas
FEBRERO
“Locas y atrapadas”, de Alfonso Rodríguez. El “hombre del bate” quiso salir de la rutina y se sacó de la manga un relato con más agujeros argumentales que un colador y, precisamente en una historia en espacios cerrados que ameritaba histrionismo, las chicas y demás estuvieron por debajo de lo que sea. Debieron dejarlas encerradas en esa especie de ático que se inventaron.