Y ahí, de inmediato, encontramos la gran diferencia: Jackson nos ofrece un espectacular show en tercera dimensión y no nos cuenta nada que importe. Damián Schifrón, argentino, nos cuenta una historia que es cine y que sí dice algo sobre lo que somos nosotros todos, los seres humanos, y eso es importante tal y como él lo ha hecho.
Con dos o tres efectos especiales y nada más, pero con actores y actrices haciendo de lo que somos, o sea, de seres humanos, repetimos, comunes y corrientes, como usted que lee estas líneas y tiene esposa e hijos, como su vecina que se va a casar pronto, como el otro que tiene que viajar mucho por nuestras carreteras, como la otra infeliz que tiene que pasar casi toda la noche sirviendo en una cafetería, como el señor millonario cuyo hijo tiene un buen carro pero no responsabilidad, ambas cosas venidas del padre, como usted que maneja en la ciudad y ve cómo un general o un político se salta el semáforo en rojo y nadie mira, pero si usted pisa la ralla amarilla le ponen una multa y tiene que pasarse cuatro horas en la sede maravillosa de AMET para saldarla, de eso trata, eso es lo que nos cuenta Scifrón en “Relatos salvajes”.
http://www.listindiario.com/entretenimiento/2014/12/19/349810/Relatos-salvajes
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