Si dejamos a un lado que los caracteres, o sea, todos esos personajes raros, grotescos, humanos, enanos, monstruosos o lo que sean, han sido inspirados por el muy decantado y archifamoso J.R. R.Tolkien, luego de dos horas y 24 minutos de enfrentar a los tales mencionados, y ya desde antes pero confirmando en el último minuto de proyección, esta fue la única pregunta que nos colmó el cerebro: ¿qué es lo que hemos visto?
¿En qué consiste eso que hemos visto?, ¿qué nos ha dejado en el cerebro a nosotros y a miles y miles que se van a sorber este asunto, sobre todo porque son fanáticos “duros” de toda esta saga que nos han metido por ojo, boca y nariz desde hace ya unos años? Pues, para que vean como son las cosas, nosotros, que privamos en conocedores, que presumimos de un ligero barniz de cultura, que hemos leído una buena cantidad de libros y escrito unos cuantos, pues no estamos nada seguros de lo que hemos visto.
Aunque, eso sí, de lo que estamos muy seguros es de que, aparte el beneficio algo huero de una fastuosa producción cinematográfica cuyo costo debe oscilar entre los doscientos y los trescientos millones de dólares (¿y quién sabe si más?, porque en la ficha no lo precisan: puede que estén algo avergonzados), de la “maravillosa” tercera dimensión, y de la presencia de centenares de intérpretes vestidos de mojiganga, no nos parece haber absorbido algo valioso de esta “historia”.
http://www.listindiario.com/entretenimiento/2014/12/19/349809/La-batalla-de-los-cinco-ejercitos
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