“Sully” es la
historia del piloto que asombró al mundo amarizando su avión de pasajeros, con más
de 150 personas a bordo, en el río Hudson, en New York.
“Sully” es una
película dirigida por Clint Eastwood, pero el Clint Eastwood de hoy ya no es el
de antes. Sobre todo, porque enfrenta un
problema: el nudo de la acción que
relata apenas dura unos cuantos minutos que incluyen el ascenso del avión, su
encuentro con la bandada de aves y el resultado de ese amarizaje. Entonces el director tiene que buscárselas
para hacer una película de largo metraje (95 minutos, que no son muchos) y por
esa razón tiene que ir apareciendo durante el desarrollo una buena cantidad de
halagos, reverencias, admiraciones para con aquel piloto que evitó la muerte de
todos esos pasajeros y tripulantes, y además, conversaciones telefónicas de Sully con su esposa que no
tienen mucha importancia. amén de las repeticiones del
accidente cuatro veces, nada menos que para convencernos de que Sully tuvo
razón en lo que hizo.
Una muy buena
actuación de Tom Hanks ayuda, pero de todas maneras “Sully” no es una película
digna de premios.
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