Comentaba con los chicos de “Cineasta radio” algo que desde hace años
vengo notando: cuando de llevar a las imágenes historias que cuenten
sobre problemas dentro del seno familiar, los europeos y, posiblemente,
los franceses aún más, poseen una elegancia y una delicadeza que les es
peculiar y, además, profundizan en la sicología de sus personajes con
certeza, sin desviaciones necias ni tonterías para adornar.
En
este film, “Des vents contraries”, de la autoría de Jalil Lespert con
guión escrito por Marion Laine, el mismo Lespert y Olivier Adam basado
en la novela original de este último, se nos presentan de entrada los
miembros del matrimonio Anderen, Paul y Sarah. En la primera secuencia,
como ocurre en tantos y tantos matrimonios, ellos discuten porque uno de
los dos debe llevar a los niños al colegio y ambos tienen una excusa
para no hacerlo. La discusión se torna agria y, en un momento, Sarah
rompe con todo, dice estar harta y se marcha.
Eso puede ser el
inicio de una ruptura normal que, en ocasiones, conduce a divorcio.
Pero, en el presente caso, todo se agrava porque no hay otro pleito, no
hay abogados, no hay intentos de conciliación por una muy sencilla
razón: Sarah se ha marchado pero, sencillamente, ha desaparecido, y por
más diligencias que hace Paul, no es posible encontrarla.
Entonces la historia toma otro rumbo imprevisto: Paul se marcha con
los niños a un pueblo de la costa a vivir con su hermano mayor, y los
hechos toman otro curso porque el hermano se siente molesto aduciendo
que Paul abandonó el hogar de sus padres y no estuvo con ellos cuando
murieron.
Imposible contarles más detalles, sólo decir que, como
es natural, todo cambia en la vida de Paul, en la vida de los niños,
hasta en la vida de Alex, el hermano, y en las vidas de otros personajes
que aparecen y se mezclan de una u otra manera con ellos, sobre todo
con Paul, como el amigo árabe, con la chica alumna.
http://www.listin.com.do/entretenimiento/2013/9/20/292947/Contra-el-viento-hermosa
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