A juicio del reputado crítico de cine y
escritor, el cine local está en sus inicios y aunque reconoce que hay
muchas películas malas, afirma que en países con más de 100 años en la
industria, también
Sin embargo, al llegar a la adolescencia,
pudo permanecer en la capital por un tiempo más largo. Aquí comenzaba
una nueva etapa. Aquí logró cosechar amistades más fuertes y duraderas.
Pasó por las mismas dificultades que le tocó a todo el que vivió la llamada Era de Trujillo, pero, sin mayores consecuencias, quizás por su juventud o por esa forma tan pacífica con que acostumbra enfrentar las cosas.
Durante la Revolución de Abril del 65, se dedicaba a proyectar películas a los combatientes, de ahí surgió su gran pasión por el séptimo arte y nació el crítico de cine. Un par de años más tarde comenzó a escribir cuentos y novelas, algo que piensa hacer por el resto de su vida.
1. Hijo de maestros
Mis padres, los dos, eran maestros y como en esa época trasladaban mucho a los maestros, aunque yo nací en la capital, en la calle 19 de Marzo, a un par de cuadras del Malecón, viví en Santiago, en La Romana, Puerto Plata, San Pedro de Macorís, en Baní, en Azua y en La Vega. A todos esos sitios trasladaban a mi papá, primero como maestro de escuela, después como director de escuela, más tarde como inspector de educación pública, después como intendente, que ahora ya no existe, y que era una especie de supervisor regional, hasta llegar a ser secretario de Educación. Mi papá se llamaba Armando Almánzar y mi mamá, Luz Rodríguez. Éramos cuatro hermanos. Yo soy el mayor, me siguen, dos hermanos varones y una hermana, que es la más pequeña.
Pasó por las mismas dificultades que le tocó a todo el que vivió la llamada Era de Trujillo, pero, sin mayores consecuencias, quizás por su juventud o por esa forma tan pacífica con que acostumbra enfrentar las cosas.
Durante la Revolución de Abril del 65, se dedicaba a proyectar películas a los combatientes, de ahí surgió su gran pasión por el séptimo arte y nació el crítico de cine. Un par de años más tarde comenzó a escribir cuentos y novelas, algo que piensa hacer por el resto de su vida.
1. Hijo de maestros
Mis padres, los dos, eran maestros y como en esa época trasladaban mucho a los maestros, aunque yo nací en la capital, en la calle 19 de Marzo, a un par de cuadras del Malecón, viví en Santiago, en La Romana, Puerto Plata, San Pedro de Macorís, en Baní, en Azua y en La Vega. A todos esos sitios trasladaban a mi papá, primero como maestro de escuela, después como director de escuela, más tarde como inspector de educación pública, después como intendente, que ahora ya no existe, y que era una especie de supervisor regional, hasta llegar a ser secretario de Educación. Mi papá se llamaba Armando Almánzar y mi mamá, Luz Rodríguez. Éramos cuatro hermanos. Yo soy el mayor, me siguen, dos hermanos varones y una hermana, que es la más pequeña.
http://www.elcaribe.com.do/2014/12/04/ldquo-credibilidad-consigue-sosteniendo-las-mismas-ideasrdquo
No hay comentarios:
Publicar un comentario