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Pero en el caso que ahora nos ocupa, “Un vals para Mónica”, se trata
de la vida de una cantante sueca llamada Mónica Zetterlund, a quien no
conocíamos, pero que, todo parece indicar, fue un ídolo en su país,
Suecia, en lo que a jazz se refiere, y llegó a cantar en USA con
personalidades del gran mundo de esa inspirada música como Bill Evans,
uno de los más destacados pianistas de los años 60 y 70.
La vida de Mónica puede que no tenga tanto interés como la de algunos de los antes citados, pero no deja de ser interesante. Nacida y criada en un pequeño pueblo de Suecia, empleada en una central telefónica (no como las actuales, aquellas de enchufa y habla y luego comunica), reunía aptitudes para cantar y, como tal, hacía giras por los pueblos de los alrededores con una banda de jazz local en la cual ella y una amiga eran las cantantes. Una acotación antes de seguir: en aquellos años, quienes cantaban en jazz lo hacían en inglés, no importa de donde era la banda, si Brasil, si Japón, si España o Suecia. Y cierta vez que Mónica fue a cantar contratada a Nueva York en Navidad, en un restaurante se encontró con la sin par Ella Fitzgerald y le pidió si la dejaba cantar para ella, para Ella, y le cantó, le cantó en inglés una pieza que mencionaba Miami, a lo cual la otra le esperó: “¿Tú has estado en Miami? Y cuando Mónica le dijo que no, entonces le dijo algo que determinó la carrera de Mónica: “Si no has estado en Miami, entonces no puedes sentir lo que estás cantando; trata de cantar sobre lo que conoces”.
La vida de Mónica puede que no tenga tanto interés como la de algunos de los antes citados, pero no deja de ser interesante. Nacida y criada en un pequeño pueblo de Suecia, empleada en una central telefónica (no como las actuales, aquellas de enchufa y habla y luego comunica), reunía aptitudes para cantar y, como tal, hacía giras por los pueblos de los alrededores con una banda de jazz local en la cual ella y una amiga eran las cantantes. Una acotación antes de seguir: en aquellos años, quienes cantaban en jazz lo hacían en inglés, no importa de donde era la banda, si Brasil, si Japón, si España o Suecia. Y cierta vez que Mónica fue a cantar contratada a Nueva York en Navidad, en un restaurante se encontró con la sin par Ella Fitzgerald y le pidió si la dejaba cantar para ella, para Ella, y le cantó, le cantó en inglés una pieza que mencionaba Miami, a lo cual la otra le esperó: “¿Tú has estado en Miami? Y cuando Mónica le dijo que no, entonces le dijo algo que determinó la carrera de Mónica: “Si no has estado en Miami, entonces no puedes sentir lo que estás cantando; trata de cantar sobre lo que conoces”.
http://www.listindiario.com/entretenimiento/2015/08/29/386012/un-vals-para-monica
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