sábado, 6 de febrero de 2016

“Los odiosos ocho”, un “western” o...

Desde que tenemos uso de razón los “westerns” se han relacionado con el, precisamente, oeste norteamericano, con las vacas, los caballos, los vaqueros y sus colts y las extensas llanuras. Pero Tarantino es peculiar, y por esa razón este film no nos parece un western por más que lo digan él y todos los demás. De 2 horas y 47 minutos, menos de 40 discurren en la llanura cubierta de nieve, el resto, cuenten, en el interior de una posada.
Para colmo, gran parte de esos 40 mentados discurren... en el interior de la diligencia.
O sea, que el resto es en un espacioso salón donde se ejecuta un juego al estilo de investigación de “Clue” o de las novelas de la Agatha, hasta que los detectives Marquis Warren (Samuel L. Jackson) y su ayudante, el Sheriff Mannix (Walton Coggins) van uniendo pistas hasta descubrir el intríngulis.
Claro, como en casi cualquier cinta de Tarantino, el Gran guiñol, abunda la truculencia exhibicionista de la sangre y los vómitos son como los besos y caricias de un filme romántico, aparte de medio brazo que cuelga de la Daisy que a su vez pende de una viga.
Todo ello, aparte de que, para redondear su película, el Tarantino tiene que recurrir a un “flash back” para explicarnos lo que realmente ha pasado y que todavía no entendemos pasados más de 120 minutos.
Pero, no crean, aun así nos gusta el filme, pero eso se debe a otros varios pormenores, como la excelente musicalización de Morricone, como la fuerza expresiva y la impoluta belleza de la fotografía de Richardson, como la edición y su fluidez pasmosa, y, sobre todo, como las actuaciones que encabezan el siempre eficaz Samuel L. Jackson, el veterano Kurt Russell y la estupenda Jennifer Jason Leigh. El resto es  es excelente y si no los mencionamos es porque nos resta poco espacio.




http://www.listindiario.com/entretenimiento/2016/02/06/406727/los-odiosos-ocho-un-western-o--

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