No hay suerte para Scott Fitzgerald
Ahora la emprende Baz Luhrmann, a quien consideramos también un muy buen director (su “Moulin Rouge” fue atrevida y muy buena), y encontramos detalles que no nos satisfacen: por ejemplo, siendo esta historia todo un conflicto de emociones donde a un contrabandista delincuente se le presenta como un ser a admirar, o sea, un film que debe ser hasta cierto punto intimista a pesar de las orgías y las interminables fiestas, ¿para qué diablos usar 3-D? Luhrmann da explicaciones, pero nos convencen tanto como las de Cameron diciendo que “Avatar” es una “defensa de la naturaleza”.
Otro detalle: el cine de Hollywood sigue siendo casi tan modoso como en los ’50: orgías van y vienen, pero teníamos entendido que orgía eran mujeres y hombres haciendo de todo y mucho, y en este film no aparece ni un seno ni una nalga, y eso no es realismo ni nada que se le parezca.
¿Qué tiene muy buena fotografía? Cierto, y puede decirse lo mismo del montaje. Pero eso se queda en cáscara cuando tratamos de penetrar en la mente de estos personajes, en su convulsionada intimidad, en esa sociedad que es sucia de arriba abajo porque si Gatsby es un criminal adinerado, Buchanan es un pérfido malandrín que no vale una peseta aunque sea millonario y no sea contrabandista, en tanto Daisy, la esposa, es veleidosa y en realidad falsa, no ama ni a su esposo ni a quien fuera su amante y la buscó por años y años.
http://www.listin.com.do/entretenimiento/2013/6/7/279899/No-hay-suerte-para-Fitzgerald
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