Viendo “Nada es lo que parece” (“Now You See Me”), nos podemos dar
cuenta de que ese señor, Louis Leterier, sabe manejar bien la edición,
su director de fotografía (‘sus’ porque son dos y no sabemos por qué
endiablada razón) saben, en este caso, dar los toques precisos para
lograr los efectos deseados por el realizador.
De manera que esta
historia de magos, algunos de cierta relevancia y capacidad, otros
solamente buenos como prestidigitadores, habilidad que les sirve para
otro “oficio” que no tiene nada de magia, como es el de carterista, que,
de buenas a primeras, convocados por el millonario Arthur Tresler,
inicien una nueva carrera en el mundo de la magia.
Todos ellos
unidos para un primer acto ante toda una multitud para llevar a cabo
algo tan asombroso que, precisamente por ello, no hemos de contarles a
ustedes porque para eso es la taquilla, para que la compren y entonces
sí puedan saber eso que mencionamos como asombroso, atonizante,
abracadabrante.
Con todo este exordio tan florido lo que deseamos
hacerles saber, a ustedes, los que habitan las salas de cine todos los
días de la semana, muy a pesar de que ahora son tantos que casi se nos
hace imposible contarlos, es que la película, que puede calificarse como
una especie de “thriller” sin detalles sangrientos pero sí con cierta
apreciable dosis de acción, es que la historieta que nos cuenta el Sr.
Leterier puede resultarles entretenida, que lo más probable es que no
salgan con el ceño fruncido como si hubieran estado enfrentando un
producto de Leidsa con brincoleros haciendo comerciales.
http://listindiario.com/entretenimiento/2013/7/5/283415/Nada-es-como-parece
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