sábado, 3 de agosto de 2013

‘El Teniente Amado’ debió gustarnos más

En efecto, “El Teniente Amado” debió gustarnos más porque por el simple hecho de que nos hemos pasado todos estos últimos años rogando porque se hagan más películas sobre temas serios y profundos, dejando de lado las acostumbradas, anodinas y necias comedias, cuando supimos que se iba a rodar este relato sobre uno de los héroes que sacrificaron sus vidas para liberarnos del siniestro mandato de Trujillo, pues, claro, nos llenamos de alegría.
Bien, ya el filme está hecho, y podemos afirmar que es una obra que fue acometida con honestidad, que es seria, que apenas trata de adornar los hechos. En resumidas cuentas, que es un intento serio de hacer cine.
Pero, en el arte, no siempre la seriedad implica calidad.
El séptimo arte, como todas las demás artes, tiene su lenguaje propio, un lenguaje que le separa y distingue de las demás, y esas reglas tienen que cumplirse.
El tiempo cinematográfico, algo de lo que hemos hablado en muchas oportunidades, debe ser respetado a como dé lugar en un filme que se respete. Y, por ejemplo, cuando Trujillo ordena al Teniente que acompañe a la señora, cuyo hijo acaba de morir en la invasión del 14 de junio del 59, cuando lo hace para humillarla, para hacerla sufrir, ambos llegan al hogar de la señora para que ella se cambie y se ponga un vestido rojo, o sea, lo opuesto a lo que siente en su corazón enlutado; pues bien, ambos llegan, la señora se dirige a su habitación a cambiarse, Amado asoma a la sala y está viendo una fotografía de los hijos y, ¡oh milagro!, la señora aparece, lo cual da la impresión de que se quitó el traje, buscó el otro, se lo puso y bajó, todo en unos segundos.
Bueno, eso es una simple escena y no hubiera herido mortalmente el filme por ella sola.


http://listindiario.com.do/entretenimiento/2013/8/2/286929/La-pelicula-El-Teniente-Amado-debio-gustarnos-mucho-mas

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