Por supuesto que a la mayoría de quienes hacen cine en nuestro país esa idea ni siquiera les ha pasado por la mente porque lo único que prima en ellos es hacer dinero a como dé lugar sin siquiera pensar en si lo que hacen posee por lo menos rudimentos de planteamientos estéticos.
Dicho esto, quiero hacer notar que Juan Basanta, aunque por supuesto quiere en lo más íntimo que “Biodegradable” haga dinero, con seguridad no tenía esa idea como prioridad cuando inició la escritura del guión junto a Manuel Fondeur, tomando como base la novela de William Mejía “Una rosa en el quinto infierno”, y ya eso, para nosotros por lo menos, le vale puntos a su favor.
Emprender una historia de ciencia ficción con nuestros algo precarios medios es una osadía, aunque lo que cuenta sea una aproximación a Orwell y su premonitoria novela con todo y su actualizado “Gran Hermano”.
Pero, además de ser Arte y comercio, un film es, también, puesta en escena y guión. O sea, tiene que llenar requisitos en lo que se refiere a la dirección, a la fotografía, a la musicalización, sonorización, edición y actuación, pero, también en lo que se refiere a lo que cuenta, o sea, al guión, lo que se expresa en lo narrado, los diálogos, las implicaciones de eso que se narra en lo que se refiere a la ideología, al pensamiento, a lo que sienten y viven sus personajes.
http://www.listin.com.do/entretenimiento/2013/11/15/299760/Biodegradable-debio-ser-mejor
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