A esta hora de la noche, cuando escribo sobre “The Counselor”, todavía no estamos muy convencidos de que haya sido Ridley Scott quien dirigió este film y no su hermano, el fallecido Tony. Porque todavía recordamos la tremenda impresión que nos produjeran los primeros 60 segundos de “The Duellists”, su primer largo, la rutilante belleza, la elegancia rítmica de la edición, la certeza de que se está haciendo algo a conciencia aunque sea en ese brevísimo lapso.
Porque “The Counselor”, podríamos jurarlo, a ratos casi nos parece una comedia, macabra. De siniestra crudeza, pero comedia al fin y al cabo. Nos parece que el guión de Cormack McCarthy merecía más tiempo de exposición, que las ideas fluyen con excesiva celeridad o, para mejor expresarlo, que esas ideas se diluyen, pierden peso específico, porque parecen estar comprimidas para saciar al hambriento no con una calmada y suculenta comida sino con un envío de “fast food”.
Nos gusta el guión de McCarthy o, para mejor expresarlo, nos gustan mucho los diálogos en los cuales expresa con dureza no exenta de un amargo sentido del humor sus conceptos sobre la vida y la muerte, sobre la finitud del ser humano, sobre su escasa capacidad para dominar el sendero de su existencia.
http://listindiario.com.do/entretenimiento/2013/11/15/299761/El-abogado-del-crimen
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