Que nos cuelguen del palo mayor si logran que nos expliquemos lo que vemos durante los 86 minutos de proyección en la sala 1 de Fine Arts.
Pasaron “El Gallo”, escrita y dirigida por Juan Fernández y, claro, vimos la sucesión de imágenes, el tal Gallo bajando de un avión esposado, luego de ser deportado de Estados Unidos, donde pasó 20 años preso tal vez por asesinato (algo se insinúa que puede hacer pensar tal cosa), le vemos ir al barrio donde vive una buena anciana madre de un chico que estaba preso junto con él y que, aparentemente, era su amante pero espichó, o sea, murió allí, preso.
Todo eso se entiende. Pero luego empiezan a pasar cosas en un colmado donde un tipo está todo el tiempo mal encarado y maltrata a la chica dueña del local.
Y empiezan a aparecer mujeres, travestis, lesbianas, prostitutas, transexuales, toda una fauna que conversa aquí y allá, y todo parece indicar que Fernández se propone un análisis de la vida en ese entorno degradado, pero las escenas brincan de un lado a otro, las “chicas” en la “bolita del mundo”, las chicas conversan con Gallo, Gaby, es maltratada por un cliente y, claro, frente al Gallo que la defiende valeroso, y Gaby está entonces enamorado del Gallo.
http://listindiario.com/entretenimiento/2013/11/8/298860/Horror-que-la-sangre-hiela
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