sábado, 22 de febrero de 2014

“Dallas Buyers Club”

Si fuéramos realmente honestos, les diríamos ahora que, a decir verdad, “Dallas buyers club” no es una película que nos guste tanto como otras nominadas al tan cantaleteado Oscar.
A decir verdad, la historia de este señor que vivió realmente durante los años 80, Ron Woodroof, un típico tipo del montón, un perfecto tarugo cuyas más maravillosas aficiones eran, no necesariamente en ese orden, las drogas, el sexo, el alcohol y participar en rodeos, lo cual hacía de él una especie de “macho neandertal” al estilo texano, nos interesa porque lo que hizo casi a tontas y locas y teniendo de su lado una increíble buena suerte, le sirvió a muchos enfermos de SIDA a partir del conocimiento de su caso.
Interesante también porque, aunque sin hacer demasiado esfuerzo, la historia de Ron nos deja entrever las manipulaciones del sistema rector de la legalización de los productos medicinales en Estados Unidos de Norte América, la FDA, que permite a laboratorios productores de nuevas drogas para diferentes enfermedades tales como el SIDA, experimentar con seres humanos y hacer pasar por buenos algunas de esas drogas aunque los resultados de esos experimentos no hayan dado lugar a que se dé como probada su eficacia.
Lo que sucedió con Woodroof fue muy sencillo y a la vez increíble: fue a dar al hospital en Dallas, le diagnosticaron VIH positivo, SIDA avanzado, y 30 días de vida. Incluso se asombraron de que estuviera con vida.


http://www.listin.com.do/entretenimiento/2014/2/21/311693/Dallas-Buyers-Club

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