sábado, 22 de febrero de 2014

“Yo, Frankenstein”

Hace ya casi dos siglos, en 1818, Mary Wollstonecraft, famosa luego como Mary Shelley, inmortalizó un personaje, Frankenstein, Viktor Frankenstein, quien jugó a ser Dios creando un ser humano a través de la experimentación con descargas eléctricas sobre un armazón de partes de cuerpos humanos.
Sobre ese personaje es mucho lo que se ha escrito, docenas de películas se han hecho, en especial las originales, de inicios del cine sonoro, “Frankenstein” (1931), y “The Bride of Frankenstein” (1935), ambas de James Whale, ambas con Boris Karloff en el rol de la criatura que, como de todos es bien sabido, no poseía instintos asesinos pero, al ser diferente (como tantos otros ahora, discriminados porque no son “como todos deben ser”), causa horror y espanto y es perseguido y asediado sin tener culpa alguna en principio.
Pero un sistema comercial como es el de Hollywood no puede sustraerse a la fascinación de tales personajes y, por ello, vuelven y vuelven sobre él pero, no conformes con el personaje original, no satisfechos con lo que sobre él se ha escrito, lo rodean de toda suerte de seres que jamás pasaron por la imaginación de Mary Shelley ni tampoco por la de escritores y guionistas serios como los que escribieron la muy interesante versión que rodara Kenneth Branagh en 1994, Steph Lady y Frank Darabont.



http://www.listin.com.do/entretenimiento/2014/2/21/311694/Yo-Frankenstein

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