A pesar de nuestra atrabiliaria memoria, podemos afirmar sin temor a
equivocarnos que esta es la primera película hecha en Singapur que hemos
visto.
Y, para ser la primera, es todo un regalo a la vista, al oído, al intelecto.
Con
todo ello no queremos significar que se trata de una historia de corte
intelectual a través de la cual vamos a descubrir nuevas concepciones
sobre el ser humano. Por el contrario, es un relato sobre la vida normal
y sencilla de seres humanos normales y sencillos.
La familia Lim
está compuesta por el padre, Terk, la madre, Hwee, el hijo de diez años,
Jialer. Son clase media, ambos padres trabajan, el chico es travieso en
exceso y tiene problemas en la escuela. Como Hwee está embarazada, se
traen de Filipinas a Terry, para que atienda al chico y la casa.
Nada
del otro mundo, algo que podría suceder en cualquier parte del mundo,
muy en especial en nuestro país donde son tantos los haitianos y
haitianas que vienen a trabajar por la muy sencilla razón de que su
nivel de vida es inferior al nuestro. Incluso, la familia, o sea, los
nacionales de Singapur, habla su idioma y la filipina Terry otro
diferente, y se entienden solo en inglés.
Y, como también podría
suceder en cualquier parte, la situación va tornándose agria para la
familia porque esta historia se desarrolla a fines de los 90, cuando una
tremenda depresión económica se abatió sobre la región y vemos como van
sucediéndose los despidos en la empresa para la cual trabaja la madre, y
lo que sucede con el padre.
Pero lo interesante de este drama cotidiano es como maneja el director y
guionista Anthony Chen la situación, como mueve los hilos conductuales
dentro de ese reducido grupo de cuatro personas, como va manejando el
comportamiento de sus personajes para producir esa sensación de malestar
que ensombrece minuto a minuto la vida de todos ellos
http://www.listindiario.com/entretenimiento/2014/8/8/332983/Ilo-Ilo-realista-y-hermosa
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