Mientras por un lado hay todo un reperpero con “The Hunger games:
mockingjay”, que es la parte 2 de la tercera “obra” de esta saga con
muchas correderas, incendios, explosiones, muertos a granel y hasta unos
pajarracos con nombre extraño pero que son lo mismo de siempre,
zombies; por el lado de las pequeñas salas de Fine Arts hay cine, y un
cine que no precisa de super estrellas archi famosas, de grandes
presupuestos ni fabulosas escenografías.
Pero esas dos películas son italianas, esas dos películas tienen
intérpretes formidables que no son “bonitos” ni curvas por todos lados.
Esas dos películas son, simple y sencillamente: ¡cine!
La primera de ellas es la mejor: “Mia madre”, del formidable Nanni Moretti.
Y es tan sencillamente en su producción que pueda dar la falsa idea de que cualquier tarugo podría haberla hecho.
Pero, recuerden: en el arte cinematográfico se requiere, por fuerza,
producción, pero nadie está obligado ha lanzarse a un “show” huero y
hueco como “Titanic” o “Avatar”, para apenas citar dos ejemplos.
Lo que realmente necesitó Moretti fue una historia sensible, hermosa, profundamente metida en los huesos del ser humano.
Es la historia de Margherita, señora bien pasada de los 40, ni fea ni
bonita, directora de cine que está metida hasta las narices en el
rodaje de una historia sobre un conflicto obrero-patronal, con el
agravante de que su personaje central, el nuevo propietario de la
fábrica, es un famoso actor yanqui interpretado por John Turturo
(excelente, por cierto). Pero ese no es el verdadero problema de
Margherita. Porque, mientras está hasta las orejas en los problemas del
rodaje y de su extrovertido, vanidoso y necio protagonista, en el
hospital yace su madre enferma de gravedad.
http://www.listindiario.com/entretenimiento/2015/11/21/397072/mia-madre
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