Por el hecho de que una presunta obra de Arte, literatura, teatro, pintura, cine, cual sea, trate sobre la vida de una persona de gran relevancia en la vida pasada o actual no implica calidad en ella. “Jobs”, por supuesto, pretende contar la vida del formidable creador de un mundo de computadoras, Apple. Se inicia cuando ya es mayor, 2001, vuelve atrás a sus años de estudiante rebelde a principios de los 70.
Perfecto, cuando terminan esas dos horas y ocho minutos sabemos de manera sucinta y superficial esos pormenores de la vida de Steve Jobs, los altibajos de su trabajo desde cuando trabajaba con su pequeño grupo de amigos en un garaje de la casa de su padre hasta alcanzar la cima en su trabajo creativo.
Y todo eso está bien, claro, si lo que deseamos es conocer esos detalles vivenciales, los problemas que tuvo, su carácter (como creador científico, insuperable, como ser humano, despreciable), pero, y ahí viene la pregunta: y si esa fuera la idea, ¿no hubiera sido mejor un simple documental? Porque, recuerden, no se trata de Jobs y lo que hizo, se trata, entendemos, de hacer cine con la historia de ese señor, y nos parece que lo conseguido por el realizador Joshua Michael Stern está muy lejos de ello.
http://listindiario.com.do/entretenimiento/2013/10/18/296341/Jobs-Una-tonteria
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