Ronni Castillo, afortunado director de Quien Manda, va
ahora en plan denuncia, o sea, todo un drama sobre seres desgraciados cuyo
pasado les
persigue.
Aquiles sale de la cárcel sin un centavo y
se esclaviza haciendo de todo en un mercado. Efraín, teniente de la policía,
sobrevive a la muerte de su hijo mientras vigila lo que sucede en ese mercado,
que se supone hervidero de drogas. Sus vidas confluyen.
Cada uno de ellos tiene una
“cuenta por cobrar”.
Una historia interesante sobre gente común
y corriente que cojea en diversos detalles sobre lo que significa la
labor del policía y las actividades de los mafiosos, en especial las del matón
Emilio.
La edición falla, razón por la cual una película corta se
hace lenta. Buenas interpretaciones de Jalsen Santana, Richard Douglas e
Irving Alberti.
Repito, es cine serio, pero el guión
falla.
Debió ser mejor.
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